Un año más, la Asociación de Altas Capacidades de León ha estado trabajando para que tuviesen lugar las II Jornadas sobre Altas Capacidades, a las que he tenido el placer de asistir como oyente.
Quisiera mostrar mi más sincera enhorabuena tanto a la organización, como a tod@s l@s ponentes por conseguir que un sábado por la tarde tuviésemos la oportunidad de reunirnos aproximadamente unas 500 personas con interés por esta temática y poder compartir experiencias y seguir aprendiendo un@s de otr@s.
Para mí, además he de reconocer que me resultaron doblemente enriquecedoras. Si hay de lo que personalmente disfruto, no es sólo de continuar formándome y aprendiendo, sino también de conocer y charlar con muchas personas con las que comparto intereses y opiniones, Es por eso que no puedo más que sentirme muy feliz por que mi amiga Estelita y yo nos tomásemos una vez más ese cafetín nuestro (breve pero intenso) y por haber podido conocer en persona a Silvia Calvente y Susana Santos, y charlar animadamente (y por supuesto también reírnos jeje) mientras cenábamos.
Con respecto a l@s ponentes, como ya he comentado, mi más sincera enhorabuena. Aunque sí que quisiera hacer una especial mención a Claudia, una chica de 14 años, no sólo por haber tenido la valentía de hablar delante de un aforo tan numeroso, sino además por haberlo hecho de una manera tan sumamente brillante y esclarecedora. Fue una grata sorpresa que nos tenía preparada la organización de las jornadas, especialmente por haber dado voz a una auténtica protagonista del proceso de aprendizaje.
Por favor, escuchadla porque merece la pena....
Las personas adultas, profesionales o no, reflexionamos en torno a nuestras experiencias, opinamos e incluso nos formamos para poder aportar nuestro granito de arena en cómo ha de cambiar el modelo educativo para que se produzca el tan ansiado cambio positivo, que obviamente ha de ir más allá de las puntuaciones obtenidas en los diversos informes PISA o de lo lejos o cerca que nos queda el sistema educativo finlandés. Pero en todo este periplo, de manera excesivamente habitual nos olvidamos de los actores y actrices principales. Hablamos de ell@s, pero no con ell@s. Interpretamos sus actitudes y respuestas, pero no preguntamos acerca de sus sentimientos e intenciones. Disertamos acerca de cómo ha de ser su educación, pero NO escuchamos su opinión al respecto. Quizá si nos dedicásemos a escuchar detenidamente todo lo que tienen que decir acerca de sus propias experiencias, dejaríamos de argumentar apoyándonos solamente en las nuestras.
Nuestras opiniones pueden ser más o menos acertadas, pero en la realidad actual es sobre la que tenemos la obligación moral de centrarnos. Tal y como apuntó Ángel Pérez Pueyo, del Grupo Actitudes, podemos mencionar la importancia del cambio, pero cada lunes, nuestros hijos e hijas han de levantarse para acudir a la escuela o al instituto, y su realidad actual es la que cuenta.
Quisiera mostrar mi más sincera enhorabuena tanto a la organización, como a tod@s l@s ponentes por conseguir que un sábado por la tarde tuviésemos la oportunidad de reunirnos aproximadamente unas 500 personas con interés por esta temática y poder compartir experiencias y seguir aprendiendo un@s de otr@s.
Para mí, además he de reconocer que me resultaron doblemente enriquecedoras. Si hay de lo que personalmente disfruto, no es sólo de continuar formándome y aprendiendo, sino también de conocer y charlar con muchas personas con las que comparto intereses y opiniones, Es por eso que no puedo más que sentirme muy feliz por que mi amiga Estelita y yo nos tomásemos una vez más ese cafetín nuestro (breve pero intenso) y por haber podido conocer en persona a Silvia Calvente y Susana Santos, y charlar animadamente (y por supuesto también reírnos jeje) mientras cenábamos.
Con respecto a l@s ponentes, como ya he comentado, mi más sincera enhorabuena. Aunque sí que quisiera hacer una especial mención a Claudia, una chica de 14 años, no sólo por haber tenido la valentía de hablar delante de un aforo tan numeroso, sino además por haberlo hecho de una manera tan sumamente brillante y esclarecedora. Fue una grata sorpresa que nos tenía preparada la organización de las jornadas, especialmente por haber dado voz a una auténtica protagonista del proceso de aprendizaje.
Por favor, escuchadla porque merece la pena....
Las personas adultas, profesionales o no, reflexionamos en torno a nuestras experiencias, opinamos e incluso nos formamos para poder aportar nuestro granito de arena en cómo ha de cambiar el modelo educativo para que se produzca el tan ansiado cambio positivo, que obviamente ha de ir más allá de las puntuaciones obtenidas en los diversos informes PISA o de lo lejos o cerca que nos queda el sistema educativo finlandés. Pero en todo este periplo, de manera excesivamente habitual nos olvidamos de los actores y actrices principales. Hablamos de ell@s, pero no con ell@s. Interpretamos sus actitudes y respuestas, pero no preguntamos acerca de sus sentimientos e intenciones. Disertamos acerca de cómo ha de ser su educación, pero NO escuchamos su opinión al respecto. Quizá si nos dedicásemos a escuchar detenidamente todo lo que tienen que decir acerca de sus propias experiencias, dejaríamos de argumentar apoyándonos solamente en las nuestras.
Nuestras opiniones pueden ser más o menos acertadas, pero en la realidad actual es sobre la que tenemos la obligación moral de centrarnos. Tal y como apuntó Ángel Pérez Pueyo, del Grupo Actitudes, podemos mencionar la importancia del cambio, pero cada lunes, nuestros hijos e hijas han de levantarse para acudir a la escuela o al instituto, y su realidad actual es la que cuenta.
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