HABLANDO EN CONFIANZA
Temporada 2013/2014
PROGRAMA 10
Resulta interesante comprobar cómo ha cambiado la idea de "ser ancian@" o "ser viej@". En la antigua Grecia, ser viejo era la adquisición de un grado de sabiduría y experiencia. En cambio, en la actualidad, la palabra viejo/a está asociada a connotaciones habitualmente peyorativas e incluso despectivas, y en su lugar intentamos buscar palabras o expresiones más políticamente correctas, como anciano/a, abuelo/a, tercera edad, personas mayores, etc.
Urge romper ciertos prejuicios sin fundamento:
1. La palabra viejo/a funciona como etiqueta que en cierta forma puede llegar a condicionar nuestra actividad, de tal forma que se tiende a asociar a inactividad (probablemente por asociación con la edad de jubilación) e incluso a pérdida de vitalidad. En este punto, cabe percatarse de que necesitamos enfocar la vejez desde una perspectiva más humana y realista.
Si aceptamos la etiqueta como válida, nuestra actitud y comportamiento irán encaminados en ese sentido: si yo creo que soy vaga, cualquier cosa que haga no tendrá realmente mérito para mí; y de la misma forma, si una persona se considera en decadencia, cualquier cosa que le suceda la achacará a este motivo.
2. Con respecto a la capacidad intelectual, cuando estamos ante de un desarrollo no patológico, no solo no se produce deterioro, sino que pueden surgir más posibilidades, fruto de una experiencia bien aprovechada.
Se tiende a decir que en la vejez se pierden neuronas, puesto que se trata de células que no se reproducen como las del resto del organismo, al carecer de proceso de mitosis. Sin embargo, hemos de apuntar dos cuestiones importantes que nos revelan recientes investigaciones en el campo de la neurología:
a) Lo realmente relevante en el procesamiento de la información a nivel cerebral es la comunicación existente entre neuronas, más que la cantidad en sí misma.
b) Aunque las neuronas no sean células que se dividen por mitosis, sí que se ha comprobado que en la edad adulta, se generan nuevas neuronas a partir de otras células del sistema nervioso, como un tipo concreto de gliales.
3. En ocasiones se ha llegado a afirmar que hemos de entender la vejez como un proceso de involución, quizá guiándonos por un prejuicio tan común como dañino: "se vuelven como niños/as". Esto es, a la par, falso e irrespetuoso.
Efectivamente, la experiencia puede acabar demostrándote que la importancia que le has dado a determinadas cuestiones de tu vida, ahora mismo es relativa. Y lo que en definitiva necesitamos es olvidarnos de tanta norma y rigidez y centrarnos más en aportar y recibir cariño.... si eso es volverse como niñ@s, sinceramente, ¡ójala nunca hubiésemos abandonado la infancia!
En todo caso, el ser humano siempre evoluciona, va hacia adelante, por lo que la vejez en todo caso ha de entenderse como un estadío más en el desarrollo humano, con sus particularidades concretas y desde una perspectiva de normalidad.
Es más, tampoco resulta de justicia introducir un punto de corte en lo referente a la edad, y meter a toda aquella persona que pase de los 65 dentro del mismo grupo de desarrollo. Obviamente, no va a ser lo mismo tener 67 años, que 90, de la misma forma que no son lo mismo las vivencias experimentadas a los 25 que a los 46. En todo caso, es probable que sea más determinante la propia historia vital que la edad que se haya cumplido.
NECESITAMOS ACTIVIDAD EN NUESTRA VIDA
Es necesario considerar por tanto el envejecimiento, no como una lacra, sino como una oportunidad para comenzar una nueva etapa, y para ello debemos potenciar el bienestar físico, psicológico y social.
Con este objetivo precisamente, van destinadas precisamente gran parte de las actividades propuestas y llevadas a cabo desde distintos organismos (públicos y privados), como el diseño de talleres, excursiones, visitas, etc.
¿EN QUÉ CONSISTE ENVEJECER ACTIVAMENTE?
Necesitamos entender que la vejez es un momento del desarrollo que aporta plenitud y autonomía (valerse por un@ mism@, autocontrol y autogestión de necesidades), en contraposición a la vertiente que propone la heteronomía (dependencia extrema, control externo).
Así, Lourdes Bermejo nos habla de una serie de puntos que nos acercan al concepto de envejecimiento activo:
1) Participación en cuestiones sociales, económicas y culturales.
2) Propuesta de un nuevo modelo de sociedad, en el que cada persona es la verdadera y única protagonista de su propia vida, con la consecuente capacidad para tomar sus propias decisiones.
3) Enfoque comunitario: participación (voz y voto) en aquello que le compete directamente.