Podría pensarse que cuando se tiene un hijo al cual le han sido detectadas altas capacidades intelectuales, ya hay más experiencia a la hora de detectar si sus herman@s también las tienen. Craso error.
Una de las cosas que las familias que tenemos varios hijos tendemos a observar es hasta qué punto son diferentes. Si nos hemos dejado guiar por la precocidad en determinadas áreas de nuestro hijo mayor como signo de alta capacidad... ¿qué sucederá si el segundo hijo no muestra esa precocidad?
Hay numerosas ocasiones en las que nos dejamos llevar solamente por lo que observamos en cuanto a las habilidades que solemos denominar como "académicas".... lo que comúnmente venimos entendiendo como "talento". Pero no tod@s l@s niñ@s son precoces en este tipo de habilidades. ¿Qué sucede con aquellos que no aprenden a leer de manera precoz? ¿Y con los que detestan los puzles? ¿Qué pasa con es@ niñ@ que no comienza a andar antes de los 12 meses? ¿Y si para sumar ha necesitado durante años utilizar los dedos? ¿Podemos considerar que son menos inteligentes??
De nuevo.... craso error.
Acabo de recibir los resultados de la valoración de mi segundo hijo, realizada por la orientadora del cole... y aunque en realidad venían a confirmar lo que yo ya sabía, he de reconocer que al ver su CI, me quedé como si me hubiesen clavado en la silla en la que estaba sentada.
Cuando era más pequeñito, era un niño al que al hacerme todas las preguntas formuladas anteriormente. mi respuesta mayoritaria era "no" (de hecho, empezó a caminar a los 18 meses), hasta que empezó a hablar... y me di cuenta de hasta qué punto podía mantener conversaciones interesantes con mi hijo de 2 años, o comencé a observar cómo era capaz de inventar y crear nuevas cosas, o sorprenderme por preguntas incesantes por determinados temas, como el cuerpo humano, el origen de los planetas... y también, al igual que su hermano, su curiosidad por conocer cómo surgen los pensamientos o por qué late el corazón.
Pero si algo desde luego me ha llamado siempre la atención, es la relación que tienen mis 3 hijos entre sí. Se sacan poquito, 2 años entre sí, y quizá ello también ha podido influir para que sean, sin lugar a duda, los "mejores amigos".
La forma en la que juegan entre ellos no la he observado cuando interactúan con otros niños. Aun siendo muy diferentes los 3, son capaces de meterse en la misma dinámica imaginativa, con la misma intensidad tanto de creatividad, como de disfrute. Son juegos en los que ellos se inventan personajes, que encajan a la perfección en un mundo imaginario... pueden ser superhéroes, personajes de lego, constructores (esta es la última "moda" en mi casa -Jon quiere ser constructor para poder hacer casas para las personas que se han quedado sin ella-),... la diversidad de ideas, inventos, situaciones y personajes es tan amplia como su capacidad para sumergirse en ello de tal forma que parece que a su alrededor, ya no existe otro mundo.
Esto desde luego no excluye el hecho de que los enfados entre ellos y la manera en la que en ocasiones les encanta "chincharse" también tengan la misma intensidad :)
Pero desde luego, si algo comparten... eso es complicidad.