"Lo que un niño quiere más allá de cualquier otra cosa es un adulto que le preste atención".
Desde hace unos años, asistimos a la introducción de un concepto de gran importancia y que nos ha permitido avanzar en la comprensión de los procesos de aprendizaje infantil: la estimulación temprana. Aunque, como gran parte de las cuestiones importantes de la vida, hace falta informarse y formarse sobre ello para no caer en prácticas inadecuadas por haber comprendido mal el concepto.
Efectivamente, tod@ niñ@ nace con un potencial innato, el cual no tiene por qué llegar a desarrollarse como habilidad si no le presentamos los medios necesarios para conseguirlo. Y para que ese desarrollo tenga lugar de manera óptima (la mejor posible), esa potencialidad necesita ser estimulada adecuadamente justo en el momento en el que el niño o niña se halla preparad@ para empezar a gestionar el potencial y se convierta así en habilidad (o lo que es lo mismo, que aquello que está dentro salga fuera). Para este fin, necesitamos crear un ambiente tal que permita el despliegue de la potencialidad en el momento en el que el niño/a lo demande.
En psicología hablamos de periodos críticos en el desarrollo, que no es otra cosa que aquellos momentos en los que resulta más adecuada la estimulación.
En dichos periodos es en los que posee una nivel más elevado de sensibilidad para la adquisición de determinadas habilidades, por lo tanto cuando se es más receptivo a la estimulación externa y mayor sensibilidad se posee ante ciertos estímulos. Por ejemplo: si un niño quiere leer (sin imposiciones) es porque se encuentra preparado para ir iniciando la adquisición de la lectura, y ese es el momento en el que hay que apoyar este aprendizaje, bien sea a los 3 años, o bien sea a los 6.
No resulta adecuado pensar, por ejemplo, que si tiene 4 años, "no pasa nada por que espere a aprender a sumar dentro de 2 años, cuando el resto de sus compañeros lo hagan", bajo el absurdo temor de que si se le dejamos aprender ahora, luego puede aburrirse en el aula. Es una idea absurda propia de mentes muy obtusas: cuando se aburre de manera especial no solo es cuando se le repite una y otra vez un concepto que tiene más que asimilado (y probablemente desde hace tiempo) sino que además tienen mucho que ver otros 2 factores en el aula:
1 - El estilo de comunicación de su maestro/a (todo el mundo sabe que hay personas con una capacidad de engancharte en aquello que están diciendo porque lo hacen apasionante solo con su manera de expresarse y su estilo)
2 - La posibilidad de que se le dote de protagonismo en su propio aprendizaje, la libertad en el mismo.
Cada un@ aprenderá en el momento en el que esté preparad@ para hacerlo... una cosa que hemos aprendido en las familias es que "no se le pueden poner diques al mar" :-)
Ahora bien, tampoco pensemos que si no se apoyan este tipo de habilidades a edades tempranas, entonces corremos el riesgo de que no se adquieran nunca... solo estamos hablando de idoneidad a la hora de establecer el aprendizaje.
El hecho de no aprender un idioma en la niñez, sabemos que no implica una imposibilidad de adquisición en la vida adulta, por ejemplo.
En todo caso, hay dos cuestiones fundamentales a considerar cuando estamos hablando de "estimulación temprana":
1) Es importante considerar la demanda de cada niño o niña, más allá del grupo de edad cronológica en el que se halle.
2) No por mucho estimular de manera precoz, es@ niñ@ va a aprender habilidades para las que simplemente aún no se encuentre preparado.
Este último punto es importante especialmente para desmitificar la idea de "entrenamiento de la inteligencia": las potencialidades son un requisito imprescindible para el desarrollo de la habilidad. Por tanto, las altas capacidades no son susceptibles de entrenamiento si no existe una condición innata. Ahora bien, aun existiendo dicha condición, resulta de extremada relevancia que generemos el ambiente adecuado (gracias a la educación familiar y escolar) para que nuestr@s niñ@s puedan desplegar sus alas...
Glenn Doman
Desde hace unos años, asistimos a la introducción de un concepto de gran importancia y que nos ha permitido avanzar en la comprensión de los procesos de aprendizaje infantil: la estimulación temprana. Aunque, como gran parte de las cuestiones importantes de la vida, hace falta informarse y formarse sobre ello para no caer en prácticas inadecuadas por haber comprendido mal el concepto.
Efectivamente, tod@ niñ@ nace con un potencial innato, el cual no tiene por qué llegar a desarrollarse como habilidad si no le presentamos los medios necesarios para conseguirlo. Y para que ese desarrollo tenga lugar de manera óptima (la mejor posible), esa potencialidad necesita ser estimulada adecuadamente justo en el momento en el que el niño o niña se halla preparad@ para empezar a gestionar el potencial y se convierta así en habilidad (o lo que es lo mismo, que aquello que está dentro salga fuera). Para este fin, necesitamos crear un ambiente tal que permita el despliegue de la potencialidad en el momento en el que el niño/a lo demande.
En psicología hablamos de periodos críticos en el desarrollo, que no es otra cosa que aquellos momentos en los que resulta más adecuada la estimulación.
En dichos periodos es en los que posee una nivel más elevado de sensibilidad para la adquisición de determinadas habilidades, por lo tanto cuando se es más receptivo a la estimulación externa y mayor sensibilidad se posee ante ciertos estímulos. Por ejemplo: si un niño quiere leer (sin imposiciones) es porque se encuentra preparado para ir iniciando la adquisición de la lectura, y ese es el momento en el que hay que apoyar este aprendizaje, bien sea a los 3 años, o bien sea a los 6.
No resulta adecuado pensar, por ejemplo, que si tiene 4 años, "no pasa nada por que espere a aprender a sumar dentro de 2 años, cuando el resto de sus compañeros lo hagan", bajo el absurdo temor de que si se le dejamos aprender ahora, luego puede aburrirse en el aula. Es una idea absurda propia de mentes muy obtusas: cuando se aburre de manera especial no solo es cuando se le repite una y otra vez un concepto que tiene más que asimilado (y probablemente desde hace tiempo) sino que además tienen mucho que ver otros 2 factores en el aula:
1 - El estilo de comunicación de su maestro/a (todo el mundo sabe que hay personas con una capacidad de engancharte en aquello que están diciendo porque lo hacen apasionante solo con su manera de expresarse y su estilo)
2 - La posibilidad de que se le dote de protagonismo en su propio aprendizaje, la libertad en el mismo.
Cada un@ aprenderá en el momento en el que esté preparad@ para hacerlo... una cosa que hemos aprendido en las familias es que "no se le pueden poner diques al mar" :-)
Ahora bien, tampoco pensemos que si no se apoyan este tipo de habilidades a edades tempranas, entonces corremos el riesgo de que no se adquieran nunca... solo estamos hablando de idoneidad a la hora de establecer el aprendizaje.
El hecho de no aprender un idioma en la niñez, sabemos que no implica una imposibilidad de adquisición en la vida adulta, por ejemplo.
En todo caso, hay dos cuestiones fundamentales a considerar cuando estamos hablando de "estimulación temprana":
1) Es importante considerar la demanda de cada niño o niña, más allá del grupo de edad cronológica en el que se halle.
2) No por mucho estimular de manera precoz, es@ niñ@ va a aprender habilidades para las que simplemente aún no se encuentre preparado.
Este último punto es importante especialmente para desmitificar la idea de "entrenamiento de la inteligencia": las potencialidades son un requisito imprescindible para el desarrollo de la habilidad. Por tanto, las altas capacidades no son susceptibles de entrenamiento si no existe una condición innata. Ahora bien, aun existiendo dicha condición, resulta de extremada relevancia que generemos el ambiente adecuado (gracias a la educación familiar y escolar) para que nuestr@s niñ@s puedan desplegar sus alas...
El blog es muy interesante.
ResponderEliminarPor favor, la @ no constituye una letra del alfabeto latino que se utiliza en la escritura del castellano/ español.
Escribiendo 'el niño', entendemos todos los que leemos que se refiere al niño y a la niña.
El masculino genérico está ampliamente aceptado en nuestra cultura, lo cual no implica que todo el mundo lo sobreentienda como tal ni que todo el mundo se sienta cómodo utilizándolo. Ese es mi caso.
EliminarNo me gusta hablar solo de niños porque dejamos fuera a un sector importante de la sociedad, y aquello que no se nombra, tendemos a creer que no existe.
Utilizo la @ consciente de que no está reconocida como letra, de la misma forma que considero que la "o" no está reconocida como femenino.
Gracias por tu aportación :)