jueves, 11 de octubre de 2012

DETECCIÓN TEMPRANA DE LAS ALTAS CAPACIDADES INTELECTUALES

En unos tiempos en los cuales parece ya una costumbre intentar "etiquetar" a las personas cuanto primero mejor, he de reconocer que la palabra "detección" seguida del adjetivo "precoz" puede llegar a provocar ciertas reticencias. La lógica es aplastante, así como los datos de "diagnósticos precoces" en trastornos infantiles de diversa índole igualmente alarmantes. Pero no vamos a hablar de diagnósticos, ni tan siquiera de trastornos, sino sobre la detección temprana de la alta capacidad intelectual, y no precisamente por un empeño por colocar la pertinente etiqueta sobre la que poder basarse en posteriores trabajos... en este tema concreto, estamos hablando de otra cosa.

 Da miedo, incluso casi pavor, cuando a un padre o a una madre se le plantea la idea de comenzar un proceso de identificación de posibles AACC en alguno de sus hij@s... y más aún cuando se ha tenido una experiencia negativa con respecto al trato aportado hacia alguno de ell@s. Aunque se hable de que se trata de "un don" (lo cual sería otro tema digno de mencionar, opinar y debatir en otra entrada), no nos suele agradar la idea de un reconocimiento oficial de que nuestro hijo o nuestra hija es "diferente"... aunque en realidad es algo que ya sabíamos de antemano, sin necesidad de la confirmación de un informe psicopedagógico.
Es por este motivo que tenía pendiente una reflexión personal acerca de la conveniencia o no, la posibilidad o no, de la detección de la alta capacidad a edades tempranas (en educación infantil, por ser más concretos).

El primer problema con el que podemos llegar a toparnos es con nosotr@s mism@s: ¿no será simplemente orgullo de madre? ¿podría resultar que veo que mi hijo o mi hija es diferente porque mi amor de padre me ciega de tal forma que no me permite ver más allá de lo que el corazón alcanza? esto que hace ¿no lo hacen acaso tod@s l@s niñ@s de su edad?.... y la pregunta que yo quisiera lanzar a toda aquella persona implicada que esté leyendo esta entrada: ¿cuántas personas de nosotras hemos sentido esta confusión, aunque en realidad sepamos algo que es más que evidente? Nos cuesta emocionalmente dar el paso de iniciar una detección (o más bien confirmación) de algo que ya sabemos porque no nos queda del todo claro si esa decisión será la más adecuada para el niño o la niña. Al fin y al cabo, como buenos seres humanos que somos.... "dudamos, luego existimos" :-)

El siguiente problema planteado es la escasa formación de los profesionales pertinentes, que si carecen de interés real, nos llenan la cabeza con toda una serie de prejuicios de los cuales ellos mismos no han sido capaces de desmitificar, precisamente por esa falta de interés y de formación específica.

Concretamente, podemos llegar a oír como afirmación taxativa que "es imposible una detección temprana, porque hasta los 12 años no se fija el desarrollo, lo cual nos puede llevar a un falso diagnóstico de alta capacidad, cuando tan solo era precocidad".
Me gusta comparar este tipo de afirmaciones con la noción de "leyenda": la base es cierta, pero se ha generado tal mitificación entorno suyo que ya no sabemos discernir entre realidad y ficción. Se están mezclando diversos conceptos, como la asincronía en el desarrollo humano de los diferentes individuos, o la precocidad en el desarrollo de ciertas habilidades debida a un entrenamiento también precoz.... de ahí que se ponga en entredicho las AACC de nuestros hijos cuando resulte que nos dedicamos a ámbitos relacionados con la docencia, la psicología, la pedagogía e incluso la logopedia.
Siento ser muy tajante a este respecto, pero si se sigue por ese camino, se puede llegar, o estar a punto de superar el punto más álgido de la propia ignorancia... y demasiadas veces llegamos a experimentar esto en nuestras propias carnes, tanto las familias como los profesionales realmente interesados.

Con respecto al tema propio del título de la entrada, yo me atrevería a afirmar que sí que puede realizarse una detección precoz claramente diferenciada de una mera precocidad en el desarrollo, siempre y cuando podamos o tengamos la posibilidad de trabajar en conjunto todos aquellos ámbitos que conciernen a la vida de cada niñ@, y sin llegar a excluir en ningún caso a la persona más implicada, que no es otra que el propio niño o la propia niña en cuestión.

Y de hecho considero que la identificación temprana se trata de un aspecto importante, aunque no necesariamente para comenzar cuanto antes con un programa de enriquecimiento o con una educación claramente diferencial con respecto al resto. Cuando nuestr@ hij@ no presenta problemas no es cuando hay que actuar, sino sobre lo que hay que trabajar es precisamente sobre la prevención de los mismos.... evitar que aparezcan en la medida de lo posible. Y es este punto en el que toca incidir en la necesidad de elaborar programas de trabajo de manera individual y en función de las necesidades que se vayan poseyendo conforme el individuo crece.... no valen las mismas medidas para tod@s por igual,  y de hecho no siempre es necesario ejecutarlas en todo momento.
Pero solo cuando poseemos una identificación (o corroboración, como queramos llamarlo), podemos llegar a entender que tarde o temprano, esa persona puede necesitar un apoyo específico. ¿Cuántos de nosotros nos hemos planteado que si el sistema educativo funcionase de manera más eficiente, no haría falta ninguna medida extraordinaria? ¿Cuántos nos hemos sentido indefensos ante la idea de que a lo único que podemos aspirar es a esperar que en el siguiente curso le toque un@ profesor@ que se preocupe por comprender las altas capacidades como fenómeno vital, no solo como algo que ha de impulsarme a llevar tal o cual medida educativa?

Por eso pienso en realidad que de lo que se trata es de identificar tempranamente para llegar a entender y comprender las AACC... efectivamente, ni son un trastorno, ni son un problema... pero a lo largo de la vida, creo que en cierta forma todas las personas tenemos y sentimos la necesidad de poder aportar un porqué, o un principio explicativo acerca de qué es lo que nos pasa o por qué sentimos de tal o cual forma. Y cuando no llegamos a comprenderlo, es cuando surgen los problemas.
Las altas capacidades no son un problema, pero por las características diferenciales y particulares que hacen que se plantee la vida de una forma concreta y determinada, sí puede llevar a predisponer hacia ciertos problemas, los cuales no deberían de ser padecidos.

1 comentario:

  1. Me ha encantado, muchos padres de niños AC nos hemos sentido tal y como describes.
    Gracias!

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