Quisiera comenzar en esta ocasión con un "pequeño plagio" de un post extraído del blog de ASA Málaga (http://asamalaga.blogspot.com/). Se trata de un cuento breve...pero intenso.
CUENTO PARA EDUCAR EDUCADORES
"Una vez hubo un niño que cumplía 3 años y empezó el colegio. Tenía muchas ganas, porque su mamá le había contado todo lo que se hacía allí y le parecía que era muy chulo. Llegó el primer día y la maestra dijo "Hoy vamos a hacer un dibujo". El niño pensó "¡Qué bien, me encanta dibujar, voy a dibujar peces, soles, estrellas, una casa, un árbol,...." Pero la maestra dijo "¡Esperad, no empecéis todavía, primero os tengo que decir lo que vamos a dibujar. Hoy tenéis que dibujar una flor". Entonces el niño pensó "¡Qué bien me encantan las flores, voy a dibujarlas moradas, rosas, azules, amarillas, grandes, pequeñas, en manceta, en un jardín,...." Pero la maestra dijo "¡Esperad, todavía no empéceis, tenéis que dibujar la flor como la que he dibujado en la pizarra". Era una flor roja, con un tallo verde y entonces el niño dibujó una flor roja con un tallo verde.
Otro día la maestra dijo "Hoy vamos a jugar con la plastilina" y el niño pensó "Me encanta la plastilina, puedo hacer muchas cosas con ella, voy a hacer un puente, o mejor una muralla, o...." Pero la maestra dijo "Esperad, no empecéis todavía, tenéis que hacer un plato azul como éste". Entonces el niño hizo el plato azul.
Cuando pasó a primaria el niño cambió de maestra. Un día la maestra nueva dijo "Hoy vamos a hacer un dibujo". El niño se quedó quieto, esperando mientras los demás comenzaron a dibujar, la maestra al verlo parado le preguntó "¿Por qué no dibujas?", " ¿Estoy esperando a qué me diga lo que tengo que hacer?", dijo el niño. "Puedes hacer lo que quieras", dijo la maestra. Si todos hiciérais lo mismo ¿cómo sabría distinguir lo que ha hecho cada uno? Entonces el niño, se puso a pensar un poco y al final decidió dibujar una flor roja con un tallo verde."
"Una vez hubo un niño que cumplía 3 años y empezó el colegio. Tenía muchas ganas, porque su mamá le había contado todo lo que se hacía allí y le parecía que era muy chulo. Llegó el primer día y la maestra dijo "Hoy vamos a hacer un dibujo". El niño pensó "¡Qué bien, me encanta dibujar, voy a dibujar peces, soles, estrellas, una casa, un árbol,...." Pero la maestra dijo "¡Esperad, no empecéis todavía, primero os tengo que decir lo que vamos a dibujar. Hoy tenéis que dibujar una flor". Entonces el niño pensó "¡Qué bien me encantan las flores, voy a dibujarlas moradas, rosas, azules, amarillas, grandes, pequeñas, en manceta, en un jardín,...." Pero la maestra dijo "¡Esperad, todavía no empéceis, tenéis que dibujar la flor como la que he dibujado en la pizarra". Era una flor roja, con un tallo verde y entonces el niño dibujó una flor roja con un tallo verde.
Otro día la maestra dijo "Hoy vamos a jugar con la plastilina" y el niño pensó "Me encanta la plastilina, puedo hacer muchas cosas con ella, voy a hacer un puente, o mejor una muralla, o...." Pero la maestra dijo "Esperad, no empecéis todavía, tenéis que hacer un plato azul como éste". Entonces el niño hizo el plato azul.
Cuando pasó a primaria el niño cambió de maestra. Un día la maestra nueva dijo "Hoy vamos a hacer un dibujo". El niño se quedó quieto, esperando mientras los demás comenzaron a dibujar, la maestra al verlo parado le preguntó "¿Por qué no dibujas?", " ¿Estoy esperando a qué me diga lo que tengo que hacer?", dijo el niño. "Puedes hacer lo que quieras", dijo la maestra. Si todos hiciérais lo mismo ¿cómo sabría distinguir lo que ha hecho cada uno? Entonces el niño, se puso a pensar un poco y al final decidió dibujar una flor roja con un tallo verde."
Y como bien añaden en uno de los comentarios al post, se confirma que la escuela mata la creatividad (al menos algunas). Aunque cabe la posibilidad de que no sea la escuela en sí, sino la mentalidad que impera entre los miembros, profesionales, que la componen.
La persona no se desarrolla cognitivamente por ósmosis. No basta con acercarse a otro que sabe mucho, tocarle y descubrir mágicamente que en ese preciso instante, sus conocimientos son compartidos en maravilloso equilibrio entre su cerebro y el tuyo. Necesita de un contacto sí, pero también de una autonomía en el ejercicio de su desarrollo. Por ejemplo, con 4 años... ¿importa realmente tanto que pinte una cebolla de color crema y marrón, ya que así son las cebollas? Pues hoy mi hijo trajo una cebolla pintada como dice él "de fantasía", con más colorinos que las banderas del Día del Orgullo Gay.
De hecho, cada persona necesita de una estimulación adecuada para desarrollarse según sus capacidades y posibilidades. Y para eso hace falta observación. Palabra clave: OBSERVACIÓN. Y gracias a ella, lograremos descubrir cuáles son sus necesidades (me gusta más esta palabra...al menos, más que "carencias"), así como sus potencialidades. Aquí empezará el trabajo de verdad, en serio... y bajo el prisma de respeto del derecho que todos tenemos a que se nos trate individualmente, sin exceso de generalidades grupales. Que voluntariamente o por imposición pertenezcamos a un determinado grupo social (familia, compañeros de clase o de trabajo, amigos, 15-M....) no implica que no merezcamos que se nos pregunte antes de afirmar con rotundidad que se conocen nuestras respuestas.
Por eso cuando un educador, bien sea o no docente, afirma con rotundidad que un niño "es repetitivo" porque tiende a jugar con las mismas actividades, debería primero escuchar, atender a lo que los padres también tengan que decir al respecto, ya que cabe la posibilidad de que en casa no repita esta misma pauta. Y a la par, debería OBSERVAR a ese niño. Caben distintas posibilidades: que no disponga de otros juguetes que le interesen o simplemente que perfecciona su método para llega a obtener un resultado similar, o indaga acerca de las diversas posibilidades de las que dispone para ejecutar esa tarea....y creedme, ¡nunca pensé que un puzle diera tanto de sí! Y habría permanecido puede que toda mi vida en la ignorancia si no me hubiese esforzado en aprender de un niño, observándole e interactuando con él, mientras me dice: "ánimo mamá, tú también puedes colocar esa pieza...¡venga, que yo confío en ti!".
Otro paso importante sería romper prejuicios (no me cansaré de decirlo). Cuando un bebé llora....¿está "mal acostumbrado" porque quiere que le cojas en brazos? Desde luego, es una manera un tanto extraña y desapegada de describir los mimos y el cariño... O cuando un niño pisa un charco (este no fue ninguno de mis hijos, pero me gusta...OBSERVAR), ¿es un maleducado que desafía las normas de buena conducta? ...extraña forma de manifestar el olvido selectivo...¿acaso no somos capaces de recordar lo divertido que eso resultaba?.
De todas formas, si se peca de mala memoria, es tan sencillo como.....sí, de nuevo, la palabra del día.....OBSERVAR la carita que ponen cuando se ponen pingando por botar en el agua. ¡Bastante les importa a ell@s si las manchas no se van del vestido, o el catarro que pueden coger en pleno invierno!
A ver, que no quiere decir que no deben existir normas, o que puedan hacer en todo momento lo que les apetezca. Sólo que no es lo mismo decir que ese niño es un desobediente, que fijarse un poquito más detenidamente en los motivos que puede tener para hacer lo que hace. Seguro que haberlos, haylos.
Las normas son importantes para el buen funcionamiento social. Pero de manera casi paralela al concepto de "norma", tiene que ir otro de importancia similar: "flexibilidad". La rigidez a parte provoca más rechazo en su cumplimiento. Obviamente me refiero a una mejora en la convivencia... no hablo de "leyes".
Y si nos dedicamos a OBSERVARLES, nuestra vida va a ser más rica, vamos a tener la capacidad de aprender de ellos y sus experiencias.... ponernos en su piel, entender su lógica, que a veces es más aplastante que la nuestra. Si no, que le pregunten a Álex, hace unos meses, cuando después de estar dándole todo un recital con la armoniosa voz que me caracteriza, entonando el "que llueva, que llueva, la virgen de la cueva", cuando llegué a la parte de "las nubes se levantan"...me paró en seco para recordarme que: "mamá, ¿pero no ves que las nubes ya están arriba del todo? ¡cómo se van a levantar más!".
Lo dicho, que tiene más razón que un santo. Sólo espero que esta chispa que tiene, pueda seguir con ella a partir de septiembre, cuando empiece al cole...
No hay comentarios:
Publicar un comentario