domingo, 20 de septiembre de 2015

ALTAS CAPACIDADES....¿DUDAMOS LUEGO EXISTIMOS?

Hay ocasiones en las que si me pongo a pensar un poquito en las sensaciones que llevo teniendo desde hace poco más de 9 años, justo después del momento en el que nació mi primer hijo, es cuando me percato de hasta qué punto hay una palabra que engloba a todas estas emociones juntas: INTENSIDAD.
Ser madre (o padre) nos otorga un grado de responsabilidad enorme, aunque usualmente acogido con muchísimo agrado, lo cual desencadena en nosotr@s una intensidad emocional que nunca antes habíamos experimentado.... al fin y al cabo, como leí en una ocasión,...
Pero todas estas emociones no siempre están relacionadas con lo positivo. Existe el amor y la alegría más inmensos, sí... y también de manera paralela, como un continuo, la sensación de agotamiento. La maternidad debería ser descrita desde una perspectiva más real, y no dejarnos influir tanto por mensajes que parecen sacados más de la factoría Disney que de la vida real.

¿Y qué nos pasa cuando les vamos viendo crecer? Hay ocasiones en las que he oído que "da pena ver cómo crecen tan rápido"... imagino que dependerá de cada persona. A mí lo que me genera muchísimo orgullo ver cómo se van haciendo poco a poco más independientes con respecto a mi persona, entendida desde el punto de vista de "cuidadora".

La cuestión es que otro sentimiento que suele acompañarnos es el de la duda. ¿Lo estaré haciendo bien? ¿me habré pasado? ¿sabré adaptarme a sus necesidades? ¿en qué me estoy equivocando?....y honestamente, opino que si estas dudas no aparecen en el camino, quizá sí que hay algo que no estamos haciendo bien. Y cuando alguien nos confirma (de manera externa a la familia) que nuestr@ hij@ tiene altas capacidades intelectuales, esas dudas además adquieren otro cariz diferente y aparecen otro tipo de preguntas conforme nuestr@ hij@ crece. De momento se me han ocurrido 3...seguro que quien lo lea podría aportar alguna más. :)

  ¿Realmente tendrá altas capacidades?
Cuando son bebés, la velocidad a la que se van desarrollando es enorme. Pensad que en el plazo de un año y medio aproximadamente, han pasado de ser personas totalmente indefensas a ir convirtiéndose en niñ@s a los que les encanta manipular su propia comida, que han empezado a caminar (e incluso a correr!!), a jugar por sí sol@s, sus primeras palabras, sus abrazos, sus miradas.... su curiosidad. Todo ello ha evolucionado a un ritmo vertiginoso. Y quizá por eso también percibimos esos logros de una forma mucho más llamativa: como ya había comentado en más ocasiones, es frecuente que desarrollen de pronto una habilidad que hace una semana era impensable que lo lograra.
Pero el ritmo del crecimiento deja de ser tan vertiginoso y se vuelve más pausado, con lo que de repente, dejamos de percibir que cambie de manera tan abrupta... y es frecuente pensar que esto sucede porque quizá se hayan equivocado en la identificación (especialmente si se realizó en la etapa de Educación Infantil) o que a lo mejor está llegando el momento en el que se están..."igualando". Y es que además el contenido de los informes no siempre ayudan a despejar dudas.
Así que, lógicamente, es habitual pasar por este tipo de fases en las que las dudas pican a la puerta.

 ¿Esta actitud desafiante que tiene últimamente, tendrá que ver con las altas capacidades?
Lo cierto es que seguimos percibiendo que son diferentes en ciertas actitudes, como la percepción de lo justo o injusto o la necesidad de profundizar en ciertas cuestiones (y el más absoluto desinterés por otras que no les atraen para nada), pero también creo importante que recordemos que las altas capacidades en todo caso es algo que hemos de entender como parte de su Ser, pero sin que ello nos haga perder la perspectiva puesto que no todo es explicable a través del prisma de la alta capacidad. De hecho, en la mayoría de las ocasiones, la explicación está mucho más cercana y no es tan abstracta, o lo que es lo mismo: la respuesta a esas actitudes la podremos encontrar con mucha más facilidad si observamos detenidamente su entorno, incluyendo por supuesto a las personas que le rodeamos (familia incluída).

Entonces, el éxito o fracaso académico... ¿dependerá del profe que le toque cada año?
Lo que sí resulta mucho más seguro es que l@s docentes que le toquen serán determinantes a la hora de entender cómo va a afrontar ese año académico en concreto, la motivación que tendrá no sólo para levantarse e ir al cole o al instituto cada día, pero desde luego, no va a ser el único factor que vaya a determinar si habrá éxito o fracaso en el mundo académico entendido desde una perspectiva más general y más global. Aquí las familias tenemos un papel importantísimo, y obviamente el grado de ajuste curso tras curso dependerá mucho más de nosotr@s que lo que en ocasiones pensamos. Quizá deberíamos preguntarnos:
¿Le apoyamos en su desarrollo académico o constantemente le estamos mostrando más preocupación que confianza?
¿Tenemos en cuenta la opinión de nuestr@ hij@ cuando tomamos decisiones relativas al entorno escolar?
¿Le damos importancia a que tenga una formación?
¿Somos una figura que les aporta confianza o nos consideran "el enemigo"?
¿Le hacemos ver que el aprendizaje puede (y debe) ser divertido o por contra lo enfocamos desde el punto de vista de una obligación "te guste o no"?
¿Qué nos preocupa más, su felicidad o sus resultados académicos?


domingo, 6 de septiembre de 2015

ALTAS CAPACIDADES INTELECTUALES: MÁS ALLÁ DE LA EXPRESIÓN DEL TALENTO

Existe una (lógica) preocupación creciente por la detección temprana de las altas capacidades intelectuales. Y aunque es probable que aún no exista acuerdo acerca de qué es lo que resulta más pertinente y a tener en cuenta a la hora de elaborar unos criterios comunes en los que apoyarse para unificar una idea del concepto, cada vez asistimos a mayor número de detecciones en la etapa infantil.
Ahora bien, este ha de ser tomado como el primer paso. No basta con intentar poner un nombre al "Ser", ni con intentar describirlo con un listado de características (las cuales no tod@s cumplirán), sino que el trabajo siempre ha de ir dirigido más allá. Aquí es donde nos encontramos la mayor cantidad de problemas, ¿Qué hacemos? ¿Cómo actuamos? ¿Qué potenciamos? ¿Qué trabajamos?,...
Sabemos que el diseño o planificación ha de realizarse de manera individualizada, pero... ¿nos estamos centrando en lo realmente importante?
Hay corrientes que vienen a detallarnos la importancia de trabajar potencialidades en lugar de déficits, es decir, determinar aquellas áreas en las que se muestra mayor grado (medido como percentil) de talento para potenciar un desarrollo de las mismas a posteriori, en lugar de centrarse de manera exclusiva en entrenar aquellas habilidades (habitualmente de tipo social) en las que parece manifestar algún tipo de problema....al menos entendido y percibido de manera externa. Serían aquellas actividades denominadas de enriquecimiento curricular.
Otras corrientes son más proclives a centrarse en su desarrollo emocional, en ocasiones asíncrono con respecto a otro tipo de capacidades cognitivas.
Mi opinión sin embargo va en otro sentido diferente, aunque no incompatible, que probablemente emana del propio concepto de "talento", aunque sin quedarse en solamente los resultados finales, sino en las vivencias experimentadas a lo largo del proceso.
Me explico.
¿Qué siente y cómo se siente un@ persona cuando se le apoya en el desarrollo de sus potencialidades? En las diversas respuestas que pueden surgir a esta pregunta probablemente podamos estar encontrándonos con lo realmente importante a la hora de llevar a cabo un trabajo eficaz y eficiente, no sólo desde el ámbito académico, sino también vital.

Los diferentes criterios que hemos de considerar, y que voy a exponer a continuación no son ejemplos figurados, sino reales, de personas que ahora mismo, con el paso del tiempo, poseen una visión más global. Su conclusión ha sido por unanimidad que no ha importado tanto el haber potenciado el desarrollo del talento en sí mismo, sino toda una serie de valores que conlleva de manera implícita una educación de calidad, tanto en el ámbito escolar, como el familiar.

1) CRITERIO DE RESPONSABILIDAD: mis aportaciones son válidas y tenidas en cuenta, no sólo van a permanecer en mi cabeza, por lo que me considero una persona responsable de mi propio aprendizaje, el cual redundará en contenido útil para mí y para otras personas.
2) CRITERIO DE AUTOESTIMA: en el aula, a pesar de que mis ideas son diferentes, siento que importo y soy apreciado por ello. No sólo adquiero conocimiento que procede de terceras personas, sino que además, soy capaz de realizar mis propias aportaciones... la maestra me enseñó un método para multiplicar y el sentido que posee para la vida aprender esta habilidad. Ahora yo quiero mostrar que se me ha ocurrido una idea acerca de cómo aplicarlo, y la maestra me ha guiado para conseguirlo. Mis ideas también importan. En ese punto me siento apreciado, y me han apoyado para que también me aprecie a mí mismo.
3) CRITERIO DE AUTOCONCEPTO: la naturalidad con la que se ha tratado el hecho de ser una persona diferente, me ha servido para no temer expresarme tal y como soy. Ya no respondo con tanta agresividad porque no me siento atacada....no soy la más "lista", ni la "empollona", ni la "disruptiva", ni la "torpe", ni la "despistada"...soy una persona con ideas propias que aportan diversidad, no sólo a los contenidos aprendidos, sino a toda el aula. Esto no me convierte en "más que nadie", puesto que he aprendido que nunca lo sabremos TODO, y que todas las personas que me rodean y que me han rodeado han sido fundamentales en mi desarrollo. Algunas por sus aportaciones positivas, y otras por todo lo contrario... pero todo ha sido aprendizaje. Y este continuo aprendizaje me ha servido de apoyo para conocerme mejor a mí misma.
4) CRITERIO DE APOYO: no poseo grandes ni gratos recuerdos de mi etapa escolar, ni de instituto. Fui una persona que pasó desapercibida, puesto que así consideré en su momento que sería lo más adecuado. Esto no me sirvió para nada, puesto que cuando entré en el instituto, empezaron mis problemas severos de ansiedad. Lo sé....era demasiado pequeño para tener esos problemas, pero también sé que fueron consecuencia de haberme ocultado.
Frecuentemente, cada vez que oía una crítica hacia mi persona me preguntaba "¿pero por qué nadie se molesta en conocerme realmente?". Con el paso del tiempo me fui dando cuenta que lo que sucedía en realidad era que nadie me conocía porque la imagen que proyectaba hacia el exterior era muy diferente a lo que yo sentía o anhelaba.
Solía preguntarme que de dónde había sacado yo las fuerzas para salir adelante y perder el miedo a mostrarme tal cual soy. Y tardé (quizá demasiado) en encontrar una respuesta, pero cuando ese momento llegó, lo tuve claro: fue mi FAMILIA. Esas personas que nunca permitieron que me hundiera del todo, porque siempre me han tendido la mano para poder reflotar a la superficie. Esas personas que me apoyaron en mis decisiones, sin presionar y confiando en mí a pesar de mi corta edad. Esas personas que siempre me han aceptado tal y como soy, sin juzgarme, y de las que nunca he oído eso que tan frecuentemente se oye: "¿pero qué habré hecho yo de malo para que me saliera un hijo así?".
PIRÁMIDE DE MASLOW

martes, 1 de septiembre de 2015

ALTAS CAPACIDADES: FRUSTRACIÓN vs RESILIENCIA

Uno de los temas que quizá más nos suele preocupar son las reacciones ante frustración cuando no se consigue el objetivo planeado, íntimamente relacionado con esa sobreexcitabilidad común en la mayoría de las personas superdotadas.
Sin embargo, aunque la reacción emocional de carácter no tan positivo sea muy intensa, esto no necesariamente ha de implicar que no lleguen a saber responder de la manera adecuada. Démosles tiempo y de manera especial.... apoyo y confianza.

En mi opinión... ¿Cómo podemos apoyar a nuestr@s hijos en su desarrollo pleno?

Autoconocimiento: aceptarse un@ mism@ para que l@s demás te acepten. Obviamente cada persona está en su derecho de mostrar al mundo de sí misma aquello que desee y mantener para sí misma algo que considere como parte de su privacidad.
Sin embargo, no debemos olvidar que nuestra actitud ante cómo somos, es el espejo en el que se ven reflejad@s nuestr@s hij@s.
Es frecuente el temor a la reacción de las demás personas cuando rompemos esa barrera que nos impide mostrarnos tal cual somos... pero pensemos algo...¿quiénes son "l@s demás"? No es el resto del mundo porque tú también formas parte del mundo: que seas diferente no implica necesariamente que te apartes del resto. Lo más adecuado quizá se trate de trabajar para crecer en lo personal respetando a las demás personas, y por supuesto sin avergonzarse de cómo somos y seguir hacia adelante.

Perseverancia: lo que incita a perseverar en la tarea es la motivación. Cuando ésta desaparece, de manera inherente, también lo hace la perseverancia, con lo que puede existir un abandono a la primera de cambio cuando no se están cumpliendo las expectativas generadas de antemano.
Para evitar este abandono, es importante recordar a nuestr@s hij@s que no todas las cosas salen a la primera, que confiamos en ell@s en su lucha por conseguir ese objetivo (es decir, que permanecemos a su lado para dar ánimos y tenderles la mano cuando nos lo pidan, no para hacer por ellos ese trabajo) y que con independencia del resultado final, que sentimos orgullo por su esfuerzo y de los logros que ha ido consiguiendo en pequeños pasos.
Y es que las cosas no siempre salen a la primera, así que recuerda....


Lucha: íntimamente relacionado con todo lo anterior. El sentimiento de lucha nace cuando nos conocemos a nosotros mismos, y al percibir algún tipo de injusticia hacia nuestra persona, poseemos la suficiente confianza en nuestras posibilidades como para comenzar a luchar por lo que consideramos justo. Esto desde luego no va a estar exento de miedos, al contrario: gran parte de la lucha irá dirigida contra ellos y sólo cuando vayamos dando pasos, éstos se irán difuminando.