lunes, 2 de diciembre de 2013

LA INFLUENCIA DE LA EDUCACIÓN FAMILIAR

HABLANDO EN CONFIANZA
Temporada 2013/2014
PROGRAMA 5

La educación es una temática que nos preocupa a prácticamente todos los sectores sociales y culturales. Se trata de un tema que constantemente se plantea en el ámbito escolar, familiar, cultural, etc.
La perspectiva de la que vamos a partir en esta ocasión es la del ámbito familiar: ¿cómo nos afecta a nuestro desarrollo posterior el estilo que nuestra familia de origen haya tenido a la hora de educarnos?

¿QUÉ SIGNIFICA "ESTAR BIEN EDUCAD@"?
Cada vez más se tienen a afirmar la idea de que "la educación se trae de casa"... lo cual efectivamente puede resultar cierto. En cambio, no deberíamos quedarnos en la superficie, es decir, en los comportamientos externos que solemos observar en un ambiente determinado, sin considerar que pueden ser muy diferentes a los manifestados en otros contextos.
En realidad tendemos a manejar una idea bastante sesgada e irreal (e ilógica) de cómo es "un@ niñ@ perfect@": saluda cuando llega, callar cuando estamos hablando las personas adultas, siempre pide las cosas "por favor" y fundamentalmente, obedece.
Nos centramos con demasiada frecuencia en "cómo debería ser", en lugar de "cómo ES", respetando sus propios estilos y potenciando sus propias virtudes.

ELECCIÓN DEL ESTILO EDUCATIVO
No existe una guía eficaz y eficiente de cómo ser padres y madres que sirva por igual a todas las familias, pero sí hemos de tomar consciencia de la importancia de considerar varios aspectos a la hora de educar, por ejemplo:
1 - Preocuparnos por una educación en el pensamiento crítico (entrando en contraposición por tanto con la idea de "niñ@ obediente").
2 - El estilo educativo es una cuestión de elección, no una imposición, es decir, no tenemos por qué optar por un estilo simplemente porque de una u otra forma sentimos que se impone de manera externa.
3 - Educación en la gestión emocional (identificación de emociones, observando diversos grados de expresión, promover nuestra propia gestión emocional para ofrecer un correcto ejemplo, etc.)

EDUCAR BASÁNDONOS EN LOS "3 AUTOS": AUTOCONCEPTO, AUTOCONFIANZA y AUTOESTIMA
Para facilitar desde la familia el desarrollo personal óptimo, la preocupación por los comportamientos adecuados o inadecuados tiene que dejar paso a la educación de "dejar ser al SER"... las conductas adecuadas con toda probabilidad serán una consecuencia de llevar a cabo una educación basada en el respeto.
AUTOCONCEPTO: aprender a conocerse a sí mism@s puede considerarse la gran asignatura pendiente en nuestra cultura. Suele resultar complicado no dejarse arrastrar por la opinión del grupo, de tal forma que con demasiada frecuencia, tiende a absorber al individuo.
Se trataría de potenciar el desarrollo de la inteligencia intrapersonal, por tanto.
AUTOCONFIANZA: confiar en las propias posibilidades. Se trataría de aprender a establecer para un@ mism@ metas razonables y alcanzables, tendiendo al nivel más elevado que sabemos que podríamos alcanzar.
Lógicamente, es necesario poseer un grado óptimo de autoconcepto, para no pretender metas excesivamente elevadas o irreales o excesivamente bajas (con la consecuente frustración en ambos casos)
AUTOESTIMA: difícilmente podremos llegar a conocer la estima hacia sí mism@ o hacia las demás personas si no basamos la educación en la noción de respeto, entendido como el principio universal por el que debieran regirse el resto de valores humanos.
Solo sabremos respetar a los demás cuando hayamos aprendido a respetarnos a nosotr@s mism@s.

2 comentarios:

  1. Muy buen artículo Sonia. Creo que toca muchos temas importantes, incluso entre líneas. Hay un párrafo, no obstante, que me plantea algunas dudas y es el de los "niños perfectos". Yo educo a mi peque para que salude cuando llegue a los sitios, para que respete su turno de palabra y que pida las cosas por favor, pero no por una cuestión de sumisión al adulto, sino porque creo firmemente que todas las personas tenemos que tener unas normas de cortesía y, en definitiva, de educación. Saludar cuando llegas a los sitios es una forma de cordialidad, de crear un buen ambiente, de decirle al otro que te importa (lógicamente el resto de tu comportamiento debe ir también en esa línea). Pedir las cosas por favor, es para mí una forma de respeto y de agradecimiento hacia la persona a la que le pides algo. Y respecto a lo de callar cuando hablan los adultos, pues si tiene algo que decir respecto a la conversación y espera su turno de palabra, no hay problema en que participe (a esperar su turno de palabra habrá que enseñarle también porque sino puede estar todo el tiempo interrumpiendo sin medida alguna, es un niño ;-) Con estos pequeños matices, felicitarte por tu artículo y por el cambio de estética del blog. Ahora se ve muuuuucho mejor. Un afectuoso saludo

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    1. ¡Hola Francisco!
      ....siempre es un placer tener por aquí tus comentarios y aportaciones. Gracias a ellos se apoya una reflexión mucho más profunda y alejada de prejuicios.
      Efectivamente, estoy de acuerdo contigo. La educación de este tipo de habilidades son fundamentales si pretendemos promover valores basados en el respeto.
      A lo que pretendo hacer referencia es a que se nos olvida con mucha frecuencia que son niños y niñas... que no siempre este tipo de cuestiones las tienen en cuenta, no por falta de educación, sino por otras muchas variables que posiblemente puedan estar influyendo al respecto.
      Por ejemplo, cuando se dejan llevar por la timidez, el no saludar no tiene nada que ver con la mala educación, sino con la vergüenza, la cual poco a poco podrán ir superando gracias a nuestro apoyo más que a nuestra crítica...

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