Estas 2 preguntas son las de rigor cada año. Las familias nos las formulamos a principios de curso, estando a la expectativa de "a ver si este año hay suerte....". Y se supone que las que tenemos varios hijos y algunos de ellos ya están en el instituto, sabemos que esa percepción de que la educación formal de nuestros hij@s no se deja de ser una lotería aún se vuelve mucho más fuerte porque se incrementa el número de docentes con libertad para entender la educación como les venga en gana, más allá del vaivén de leyes educativas (tema para otro día).
Que conste que soy muy consciente de las dificultades que todas las personas del mundo estamos atravesando en los momentos actuales, pero por si alguien desea utilizar como recurso los difíciles momentos que atravesamos a causa de la pandemia, voy a contaros una historia personal no relacionada con la educación. Estoy embarazada de nuevo. Sí, " a mis años"; sí, "a pesar de tener ya 3", sí y punto... simplemente porque quiero y me da exactamente igual los juicios externos. Lo cierto es que en mi periplo por otro sistema (el sanitario) también me he encontrado de todo. En los inicios del embarazo tenía algún sangrado leve, con lo que acudí a urgencias. Allí me encontré con alguien a quien no quiero ni siquiera llamarle médico, ni sanitario porque no se merece que se le llame con ningún apelativo que venga a desmerecer tan honorable profesión, así que le voy a llamar simplemente
personaje que me hizo una ecografía, me dijo que había latido, que me vistiera y que me largara. Cuando le pregunté por el posible motivo del sangrado y si había algo que yo debiera hacer o algún cuidado en especial que debiera seguir, dicho personaje me contesta que "no haga nada especial, porque nada se puede hacer. Si aborto, pues aborto, que eso a veces pasa. Y que no volviera por allí a no ser que el sangrado fuese muy abundante o tuviese muchos dolores, que eso ya era indicativo de que lo había perdido". Cuando le comenté a la matrona esa experiencia en la tercera fase vivida en urgencias del HUCA de Oviedo, su contestación fue que había que entender que los profesionales sanitarios están muy agobiados con todo lo que tienen encima y la sobrecarga de horas de trabajo. ¡Pues no! No estoy de acuerdo. Ahora mismo me faltan menos de 2 meses y medio para salir de cuentas, el embarazo está yendo bien y me he encontrado con profesionales que han sido MARAVILLOS@S, dándome ánimos, mostrándome humanidad y especialmente una profesionalidad que con lo que tienen encima no puedo por más que no sólo mostrar agradecimiento sino además una tremenda y profunda admiración. Como leí en una ocasión cuando comenzó la pandemia: "
todos aquellos que pretendan volver a la normalidad, que sepan que sólo volverán los que previamente ya eran normales". Ni más ni menos: el buen profesional está padeciendo las condiciones de trabajo a las que se está viendo sometido por esta horrible situación de la misma forma que el malo, sólo que este último ahora mismo además lo va a utilizar como excusa.
Hoy, como imagino que ya se puede intuir, he de reconocer que estoy enfadada (de hecho llevo así desde hace unos días después de haber hablado con el profesor de matemáticas de uno de mis hijos) y estoy completamente segura de que tengo motivos de sobra para lo que siento. Sé que los tengo porque creía que después de haber pasado ya 10 AÑOS desde que escuché de una maestra de infantil cómo vaticinaba el fracaso asegurado en primaria para él, de nuevo vuelvo a escuchar el mismo mensaje.... lo que pasa es que ahora mismo ya tengo algo más de callo y cada vez menos me callo ;) porque ya tenemos un cierto bagaje por el sistema educativo y ya hemos pasado por muchos tipos de discurso. Y precisamente en base a todos estos tipos de discurso a los que llevamos asistiendo (especialmente yo como madre), me voy a permitir el lujazo de hacer una pequeña clasificación de nuestras experiencias, algunas de las cuales muestran la CARA y otras desgraciadamente la CRUZ (nuestra cruz).
CARA A: CARACTERÍSTICAS PROPIAS DEL BUEN DOCENTE. TU HIJO/A ESTÁ FELIZ
1) "
TODO EL ALUMNADO ES IMPORTANTE". Si todo el sistema estuviese formado por este tipo de profesionales, estaríamos totalmente preparados para hablar de inclusión. No harían falta informes ni etiquetas en educación porque simplemente el respeto y la educación fluyen en el aula, así como el interés mostrado cuando de pronto, después de 20 años ejerciendo la noble profesión docente, se les presenta un niño totalmente diferente a lo que usualmente estaban acostumbrados y la forma en la que actúan es buscando información y formación apropiada para poder aportarle también una buena respuesta educativa. En definitiva, existe VOCACIÓN e INTERÉS, dos palabras mucho más clave incluso que la palabra FORMACIÓN (porque esta última en ocasiones se limita a "he hecho un par de cursos que me han dado puntos").
2) "CADA ALUMNO/A TIENE ALGO ESPECIAL". Son esos docentes capaces de encontrar siempre ese haz de luz que tiene cada persona que pasa por sus aulas, tengan o no comportamiento disruptivo, tendencia a la dispersión, suspendan, tengan o no problemas de relación social, se esfuercen o no lo suficiente. Este es un don maravilloso que hace que cada vez que un/a alumno/a haya pasado por sus manos, salga con la sensación de que tiene algo dentro de sí absolutamente fantástico, con la sensación de que pueden llegar a lograr cosas importantes y con su autoestima tremendamente reforzada.
3) "ME ENCANTA LO QUE APRENDO CADA DÍA DE CADA UNO/A DE MIS ALUMNOS/AS". Esta perspectiva de estar constantemente nutriéndose de lo que su alumnado le aporta. Est@s docentes tienen muchísimo que aportar y hacen que el alumnado les admire tanto por lo que saben, como por lo que están dispuestos a seguir aprendiendo. Observan, son humildes en su profesión y les encanta interactuar con el alumnado porque entienden que el proceso de enseñanza - aprendizaje siempre va en un doble sentido sin necesidad de que nadie pierda su papel. No necesitan mostrar autoritarismo porque saben ejercer el liderazgo sin necesidad de recurrir cada día al "porque yo mando".
4) "CUÉNTAME CÓMO ES TU HIJO/A". Cuando como madre o padre acudes a una cita con este tipo de docentes, este tema simplemente sale... te lo propone. Todo ello bajo la idea de ir más allá de lo que observa en el aula, puesto que cabe la posibilidad de que haya determinadas variables importantes que se le estén escapando y que necesita conocer para poder hacer bien su trabajo (¡ojo! no tiene nada que ver con aquellos docentes que te plantean que todo va bien, porque se supone que eso es lo que quieres oír y de esta manera pueden llegar a conseguir que te pongas de su parte, no de la de tu hijo/a).
5) "¿QUÉ PODEMOS HACER ENTRE TOD@S?" Pregunta importantísima y de corazón que hace un docente a la familia especialmente cuando algo no va bien en el aula con tu hijo/a, o no tan bien como se supone que debería ir. Una simple pregunta que abre las puertas a que empiecen a aparecer múltiples soluciones ante un único problema, en lugar de más problemas o echar balones fuera.
CARA B (O CRUZ): CARACTERÍSTICAS PROPIAS DEL PÉSIMO DOCENTE. TU HIJO/A SE ENCUENTRA MAL Y LA FAMILIA ESTRESADA ANTE LA IDEA DE CONTACTAR CON EL CENTRO
1) "DISCURSO PREMEDITADO". Sensación que se tiene cuando como madre solicitas hablar con un profe no dispuesto a escucharte. Empieza su discurso donde pretende exponerte lo mucho que conoce a tu hijo, lo mal que van las cosas, lo bueno que es él como docente, lo fantástico que es el grupo que le ha tocado y sin embargo lo poco que se esfuerza por adaptarse tu hijo/a, con lo que ya te estás poniendo las pilas para que tu hijo/a empiece a ir bien. La responsabilidad es sólo tuya y de tu hijo/a. Si quieres hablar, no te queda más remedio que interrumpirle y cuando acabas, en realidad da exactamente lo mismo porque él continúa hablando desde el mismo punto en el que le habías interrumpido. No te ha escuchado ni una sola palabra porque no le interesa al considerar que eres una madre sobreprotectora que realmente no conoce a su hijo/a en absoluto (no como él) y no va a consentir que le digas cómo tiene que hacer su trabajo.... eso sí, él sí que tiene todo el derecho del mundo a decirte a ti cómo tienes que ser como madre.
2) "TODO EN MI CLASE ES MARAVILLOSO". No es lo mismo que la premisa de que "TODO EL ALUMNADO ES IMPORTANTE". Esta afirmación es a la que se acude cuando le pretendes explicar que tu hijo/a no se encuentra bien en el aula, que sabes que no es un ser perfecto, pero que algo está pasando y que quizá habría que analizar el qué para poder aportar alguna solución a su falta de motivación. En ese momento, te suelta que en realidad no hay ningún problema en el aula y que de existir un problema, ese es tu hijo/a. Y ahí zanja la conversación y tú te vas con la sensación de que te acaba de decir que tiene una especie de oveja negra que distorsiona la paz de su día a día profesional.... y esa oveja es tu hijo/a (sea inquieto o tranquilo). Te acaba de soltar esa bomba y se quedó agusto.
3) "HE LEÍDO EL INFORME Y YA ESTOY AL TANTO DEL PROBLEMA DE TU HIJO". Esta fue una frase literal que escuché en la primera tutoría que solicité cuando uno de mis hijos estaba en 3º de primaria. El caso es que en el informe había muchas más cosas positivas que problemas.... pero oye, la información con la que cada uno se queda puede ser muy selectiva, especialmente cuando te dicen que el niño tiene altas capacidades y rebuscas en el informe hasta que encuentras su talón de Aquiles donde poder regodearte a placer como docente, no vaya a ser que esa criatura de 8 añitos "se vaya a creer que es más que yo". Es más, dando muestra de su gran ignorancia confundirán constantemente NEE con NEAE y meterá a tu hijo en el mismo saco que el alumnado con NEE, tratándole a él (y por supuesto a ti) con dolorosa condescendencia.
4) "¡AH! ¿PERO TU HIJO TIENE INFORME??". Puede ser así, lo cual obvia decir que es indicativo de lo poquísimo que le interesa tu hijo/a, o también puede que lo haya leído pero le importe un pepino su contenido, porque en realidad, eso de las altas capacidades es una moda que lo único que está ocasionando es que los docentes tengan que trabajar más.
5) "TENGO ALUMNOS/AS CON NECESIDADES MÁS IMPORTANTES". (AVISO: modo irónico ON) ¡Estupendo! Déjame bien claro que te sientes un desgraciao de la vida porque mi hijo te haya tocado en tu aula... con todo el trabajo que tienes y va y te toca un "superdotao". ¿Pero qué tipo de necesidad va a tener este supuesto superdotao??? Con lo listo que se supone que es, por supuesto no va a necesitar que yo haga nada de nada. Pa' eso ya tiene motivación intrínseca que hace que no le haga falta nada más por mi parte como docente. Dejadme que me ocupe de estos otros alumn@s con necesidades de verdad, no como tu hij@. Y mientras tanto, tú como madre tienes que estar escuchando como una vez más, tu hijo no sólo no es importante, sino que además casi hasta estorba por el hecho de tener necesidades específicas de atención educativa.
6) "VUELVE NOSTRADAMUS". Llegan las predicciones desastrosas en torno a todo lo malo que le va a pasar a tu hijo/a si te niegas a aceptar las barbaridades y burradas que en ocasiones te proponen (todas ellas habitualmente fruto de todos los puntos anteriores). Así, las familias podemos llegar a escuchar el fracaso tan inmenso que van a tener nuestros hijos/as en un futuro sin llegar a percatarse de que en realidad, cabe la posibilidad de que si ese fracaso llega, puede ser el resultado de haber pasado por un sistema que sostiene y mantiene profesionales con ellos.
7) "Y FINALMENTE... EL QUE SE PICA, AJOS COME". El buen docente no se va a sentir ofendido por leer estas características críticas contra esta profesión porque no se dará por aludido. Huye del corporativismo sabiendo que realmente esto es una de las cosas que más flaco favor hace a la profesión y precisamente como está dentro, sabe lo que hay. De hecho todos los profesionales lo sabemos y en cualquier profesión. En cualquier faceta de nuestra vida.