martes, 23 de abril de 2019

ALTA SENSIBILIDAD Y DEPREDADORES EMOCIONALES

Habitualmente hago alusión a que la sensibilidad emocional no implica en absoluto debilidad. Esta idea no siempre es fácil de comprender, puesto que cuando pensamos en sensaciones de índole negativa no somos capaces de encontrarles el punto de fortaleza por ningún lado. Es lógico... cuando el sentimiento es tan intenso, se puede generar sensación de debilidad. Por mucho que intentemos ser personas positivas, ante emociones primarias como la ira y la tristeza se desencadenan otras secundarias y más difíciles de manejar, como la frustración, la impotencia o la desesperación.

Cuando se menciona que en las altas capacidades frecuentemente se produce de manera paralela reacciones "desmesuradas" de frustración, se tiende a aludir a que este tipo de sensación es causada por elementos externos que son percibidos como incontrolables, como por ejemplo, que se quiera llevar a cabo un proyecto y no se logren los objetivos inicialmente planteados en la mente de una persona superdotada. Pero no nos engañemos: lo que de forma más habitual tiende a generar mayor grado de frustración está relacionado con la interacción con los demás. Tal y como me dijo una persona en una ocasión: a mí no me hacen daño las cosas, me hace daño la actitud o reacción de las personas.

El título de esta entrada tiene que ver precisamente con esta última parte, para intentar desgranar por un lado qué sucede cuando nos encontramos sumidos en una relación (sea del tipo que sea) con una persona (o varias), la cual sentimos que nos está "intoxicando". Lo primero que vamos a hacer es un ejercicio de comprensión de lo que nos está sucediendo, del modus operandi habitual de este tipo de personas, para a continuación entender las respuestas más adecuadas por las que optar. Y si se ha optado por este tipo de respuestas, entonces se habrá sido capaz de sacar fortaleza de la elevada sensibilidad que te caracteriza.

FASES EN LA RELACIÓN ESTABLECIDA CON UN DEPREDADOR EMOCIONAL

1ª Fase: Acercamiento del depredador
Cuando eres una persona empática que cree que las demás personas también pueden serlo (efectivamente, hay muchas que lo son) aunque inicialmente te cueste confiar en los demás, cuando lo haces....lo haces con el corazón en la mano. Si en ese momento, la persona que te ronda es un depredador emocional, ésta se mostrará ante ti como alguien digno de confianza, que te escucha, te entiende e incluso te muestra que "es como tú".
Sin embargo, aunque te escuche no lo hace desde un sentimiento empático, sino desde la actitud de cualquier depredador que se acerca a su presa con un aire aparentemente desinteresado e incluso afable, pero lo que en realidad está haciendo es midiendo tus puntos fuertes y tus puntos débiles para aprovecharlos el día que directamente se lance al ataque. Hay un símil que escuché una vez....


2ª Fase: Aislamiento social
El depredador, una vez que te ha medido como presa, se dedica a sembrar discordia contra ti entre tus posibles redes de apoyo social con la intención de aislarte socialmente. Puede incluso mostrarse a sí mismo como "tu víctima", presentándose ante los demás como una persona débil, buena y confiada a la que tú estás atacando a traición, abusando de su carácter sensible y de su bondad.
Y realmente sabe lo que hace, porque probablemente ha comprobado desde su experiencia que las personas se solidarizan fuertemente con las víctimas y tienden a desterrar al que consideran el verdugo.

3ª Fase: Manipulación sutil
Este halo de victimismo también ha podido estar utilizándolo contigo, desatando tu lado más potente de la empatía. A lo largo de este proceso, te has creado una imagen equivocada de esa persona. Por eso se pueden acabar sintiendo, en la interacción con el depredador, cada vez más momentos de enorme confusión mental y puedes llegar incluso a experimentar sentimientos de tristeza y culpabilidad por sentir ira hacia esa "buena" persona que cada vez de manera más frecuente te está haciendo daño.

4ª Fase: Ataque directo
Una vez que el depredador sienta que te tiene bajo control después de haber ido superando las anteriores fases, iniciará el ataque directo. Es el momento de ir al grano y plantear qué es lo que espera de ti, qué quiere obtener y lo mal que actuarías si no sucumbieses a sus deseos.
En este momento, se aprovecha de toda la información que sobre ti recabó en la fase inicial, atacando directamente a tus fortalezas, utilizando y manipulando tus debilidades.
Y como previamente ya ha iniciado el proceso de aislamiento social, la persona atacada por este tipo de depredador emocional, no va a querer salir al mundo a exponer qué es lo que le está sucediendo puesto que piensa que nadie le va a creer.

5ª Fase: Ansiedad persecutoria
Al callarse, se irá macerando aún más su sensación de soledad e incluso puede llegar a sentir una especie de "manía persecutoria", donde puede llegar a interpretar cualquier señal externa como un ataque. Puede experimentar miedo al movimiento, a actuar en pro de sus propios derechos llegando incluso a obsesionarse. Este tipo de actitudes y comportamientos, también serán aprovechadas por el depredador y las utilizará para convencer a los demás e incluso a ti mismo que quien tiene un serio problema, eres tú.

Sin embargo, por mucha sensación que puedas llegar a experimentar de estar perdiendo el control de tu vida, esto no forma parte de la realidad. En el momento en el que te percatas de todas estas fases y eres consciente de ellas, empezarás a tomar la decisión de alejarte de esta persona. Esta es la mejor decisión que puedes llegar a tomar. Aunque se crea que huir es de débiles, al contrario, es una cuestión de supervivencia. No deberías sentirte como una persona débil por haber pasado por este tipo de situaciones, sino como alguien inmensamente fuerte ya que es muy complicado detectar a un depredador emocional y si lo has conseguido, ya no eres su víctima.

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