Nos movemos en un mundo realmente muy contradictorio. Habitualmente asistimos a campañas de sensibilización en las que se nos muestran a niñ@s desnutrid@s, desatendid@s, con "dificultades",... y pienso que es enormemente necesario que actuemos en conjunto para que tod@s y cada un@ reciban la atención que necesitan en función de sus necesidades, que podrían resumirse en una común para tod@s: EL DERECHO A SER NIÑ@ Y DISFRUTAR DE SU INFANCIA EN PLENITUD.
Desgraciadamente, estas campañas tienden a utilizar el recurso de "dar pena" para llegar a un mayor número de personas, y me vais a permitir una crítica feroz a ese respecto: no es la pena la que tiene que movernos para sensibilizarnos y actuar, sino el sentimiento de JUSTICIA. Y cuando no hay justicia, lo que se siente no es pena, sino indignación.
Podría parecer una diferencia sutil, pero no lo es en absoluto. La pena nos lleva a actuar sólo cuando pensamos que estamos en un plano de superioridad con respecto a la otra persona, la justicia nos coloca en situación de igualdad de derechos.
La pena se cura más rápido cerrando los ojos (o cambiando de canal de TV); la indignación nos lleva al movimiento.
Otro gallo nos cantaría si lográsemos superar esta barrera e identificar terminológica e ideológicamente que la lucha por los derechos de la infancia va destinada a que cada niño y cada niña se pueda desarrollar en plenitud, en función de sus capacidades y potencialidades, en lugar de intentar paliar problemas según vayan surgiendo. No se trata por tanto de "trabajar por debajo", sino "potenciar por arriba", porque cada niñ@ tiene mucho que aportar, tan sólo hay que facilitárselo.
Este es uno de los motivos por los que pienso que NINGÚN/A NIÑO/A DEBE "DAR PENA", en todo caso, lo que sí urge es que nos movilicemos contra algo que de seguir así, sí que da pena:
- Un sistema que oprime y no atiende a tod@s l@s niñ@s dentro de su diversidad.
- Un sistema que a través de la creación de nuevas leyes, discrimina y complica el derecho a la educación en su sentido PLENO (no sólo de rendimiento académico).
- Un sistema que no atiende a la diversidad, sino que adoctrina bajo el demagógico lema de "café para todos".
- Un sistema que trabaja por y para aquell@s que se adaptan a su enfoque, en lugar de esforzarse por adaptarse a la gran diversidad existente en las aulas.
- Un sistema que DESTRUYE la educación, en lugar de CONSTRUIR posibilidades y en igualdad de derechos.
- Un sistema que no sólo no ofrece oportunidades en función de las necesidades individuales de cada niñ@, sino que además echa por tierra la posibilidad de acceso a las mismas.
Es por esto, que si lo que realmente deseamos es luchar para poder un mejor futuro para nuestr@s hij@s, debemos unirnos TOD@S para hacer posible que se empiece actuar ya. Desde el presente: AA.CC. La Rebelión del Talento. Contra la orden 1493/2015 BOE 15 de junio 2015, de la CC.MM.
Desgraciadamente, estas campañas tienden a utilizar el recurso de "dar pena" para llegar a un mayor número de personas, y me vais a permitir una crítica feroz a ese respecto: no es la pena la que tiene que movernos para sensibilizarnos y actuar, sino el sentimiento de JUSTICIA. Y cuando no hay justicia, lo que se siente no es pena, sino indignación.
Podría parecer una diferencia sutil, pero no lo es en absoluto. La pena nos lleva a actuar sólo cuando pensamos que estamos en un plano de superioridad con respecto a la otra persona, la justicia nos coloca en situación de igualdad de derechos.
La pena se cura más rápido cerrando los ojos (o cambiando de canal de TV); la indignación nos lleva al movimiento.
Otro gallo nos cantaría si lográsemos superar esta barrera e identificar terminológica e ideológicamente que la lucha por los derechos de la infancia va destinada a que cada niño y cada niña se pueda desarrollar en plenitud, en función de sus capacidades y potencialidades, en lugar de intentar paliar problemas según vayan surgiendo. No se trata por tanto de "trabajar por debajo", sino "potenciar por arriba", porque cada niñ@ tiene mucho que aportar, tan sólo hay que facilitárselo.
Este es uno de los motivos por los que pienso que NINGÚN/A NIÑO/A DEBE "DAR PENA", en todo caso, lo que sí urge es que nos movilicemos contra algo que de seguir así, sí que da pena:
- Un sistema que oprime y no atiende a tod@s l@s niñ@s dentro de su diversidad.
- Un sistema que a través de la creación de nuevas leyes, discrimina y complica el derecho a la educación en su sentido PLENO (no sólo de rendimiento académico).
- Un sistema que no atiende a la diversidad, sino que adoctrina bajo el demagógico lema de "café para todos".
- Un sistema que trabaja por y para aquell@s que se adaptan a su enfoque, en lugar de esforzarse por adaptarse a la gran diversidad existente en las aulas.
- Un sistema que DESTRUYE la educación, en lugar de CONSTRUIR posibilidades y en igualdad de derechos.
- Un sistema que no sólo no ofrece oportunidades en función de las necesidades individuales de cada niñ@, sino que además echa por tierra la posibilidad de acceso a las mismas.
Es por esto, que si lo que realmente deseamos es luchar para poder un mejor futuro para nuestr@s hij@s, debemos unirnos TOD@S para hacer posible que se empiece actuar ya. Desde el presente: AA.CC. La Rebelión del Talento. Contra la orden 1493/2015 BOE 15 de junio 2015, de la CC.MM.