viernes, 11 de julio de 2014

SUPERAR IMPEDIMENTOS PARA UN DESARROLLO PLENO

HABLANDO EN CONFIANZA
Temporada 2013/2014
PROGRAMA 18

Las dificultades en la vida ¿siempre resultan un impedimento?
El sendero que utilizamos para caminar por la vida, no siempre resulta sencillo. Sabemos incluso que aunque haya momentos en los que la senda es recta y libre de impedimentos, el camino puede continuar siendo ciertamente tortuoso... y es que puede dar la sensación de que cuando aparentemente no tenemos problema alguno, los buscamos a modo de aliciente, de lucha que dote de sentido a nuestra existencia.
El motivo para esto no es otro que el hecho de que nos suelen gustar los retos, no tener la sensación de que nuestra vida es sencilla, ni que ya tenemos todo hecho de antemano. De esta forma, cuando salvamos un obstáculo, lo tomamos como forma de superación personal: nadie nos regala nada, sino que ha sido fruto del propio esfuerzo.

Impedimentos sociales
Cuando hablamos de que somos seres sociales por naturaleza, desde luego hemos de entender en primera instancia que el motivo no es otro que la tendencia a la supervivencia. El apoyo de las demás personas es fundamental, aunque obviamente no nos sirve el apoyo de "cualquiera".
No tiene el mismo peso el apoyo recibido por alguien de la familia, por ejemplo, que el de un desconocido con el que no nos une vinculación emocional alguna.
Y es que necesitamos un impulso, un apoyo... a modo de trampolín. Eso se obtiene a través de una red de apoyo social que nos conozca y apoye de manera especial en aquello que se desea emprender. No es una condición absolutamente indispensable, pero sí bastante importante, puesto que cuando no se siente dicho apoyo, esto podría desencadenar:
1) Que saliese a flote el  miedo a la equivocación  en lugar de tomar el error como una oportunidad de aprendizaje llevado a cabo con mucho mayor grado de profundidad.
2) Que aflorase el  miedo a no ser querid@ , a defraudar a las demás personas, a no ser lo "suficientemente buen@.
Esto último no es en absoluto una banalidad, puesto que puede resultar relativamente sencillo caer en el chantaje emocional como estrategia para conseguir algún tipo de beneficio personal, sin haber sido plenamente conscientes de ello.

El miedo también se trata de un sentimiento natural y deseable, en el sentido de tendencia a la propia supervivencia. Ahora bien, en gran medida, la gestión del mismo se halla mediada por el estilo social - educativo en el que nos hayamos desarrollado, de tal forma que el  miedo a no encajar  , es decir, a no tener aceptación social, puede acabar funcionando como un fuerte impedimento para conseguir desarrollarse en plenitud.

Impedimentos a nuestro desarrollo de índole cultural
A parte de tener en consideración lo expuesto hasta ahora, también debemos luchar por identificar aquellos impedimentos de tipo más cultural, tales como valores y formas de comportamiento consideradas como "adecuadas" o "inadecuadas" según criterio de los distintos grupos culturales.
Por ejemplo, "La virtud del término medio" . Este tipo de consideración obviamente tiene su razón de ser en el sentido en que nos insta a huir de los extremos (habitualmente más radicales, inflexibles y con poca tolerancia hacia la diferencia).
Sin embargo, ¿qué sucede cuando la interpretación de dicha premisa se inclina hacia un sentido en el que se insta a pasar desapercibid@s? Esta perspectiva se mantendría bajo la idea errónea de que lo más adecuado sería que el individuo se difumine entre la masa social, que no se haga notar, que no se muestre como diferente, porque de lo contrario puede convertirse en el blanco perfecto de ataque por parte de la "mayoría".
Obvia decir que esta postura resulta de una intolerancia peligrosamente abrumadora hacia la diferencia. ¿Qué sucede pues con aquellas personas que en sí mismas, poseen un grado de diferencia muy significativo con respecto a las demás, aquellas que se encuentran en un extremo u otro de la campana de Gauss? Este afán de "pasar desapercibidos/as" tiende a resultar tremendamente dañino en la construcción de su propia autoestima personal.

Cuando asumimos la gran influencia de la adopción de ciertas normas, pautas, creencias (en su gran mayoría prejuiciosas) que pululan de una u otra forma en nuestra cultura, sin aplicar el espíritu crítico individual correspondiente, estaremos pues corriendo el riesgo de caer en numerosas contradicciones entre nuestros propios sentimientos y nuestra propia manera de actuar, o lo que es lo mismo, manteniendo una doble moral regida por el  "no repitas lo que yo hago, sino actúa según te digo" .
Mi pregunta para finalizar sería la siguiente: ¿estamos preparad@s para afrontar estas contradicciones y actuar en consecuencia?
Habrá que intentarlo...

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