HABLANDO EN CONFIANZA
Temporada 2013/2014
PROGRAMA 13
¿Por
qué la denominación de “virus mentales”?
La mayoría de las cosas en la vida no
son buenas o malas en sí mismas, tan sólo lo son en función del
uso o interpretación que se haga de ellas.
Por eso hay determinadas
características en el ser humano que en función de cómo se hayan
aprendido a gestionar, pueden resultar un apoyo o por contra, ser un
lastre en el camino hacia un desarrollo personal digno. Por ejemplo,
hemos hablado en numerosas ocasiones de que somos seres sociales por
naturaleza, es decir, que buscamos y necesitamos el apoyo de los
demás. Este tipo de cuestiones evolucionan también en un sentido de
reciprocidad, en el momento en el que sentimos la necesidad también
de ser nosotr@s mism@s
un apoyo también para los demás.
Vivimos en sociedad, nos relacionamos
en pequeños grupos sociales (en búsqueda de nuestro propio grupo
de referencia) porque eso tiende a mejorar nuestra calidad de
vida. Sin embargo, puede convertirse en un lastre en el momento en el
que supeditamos nuestras necesidades a las de los demás, sólo por
el hecho de sentir que esta es la única forma de “encajar”.
En ese momento, ya podríamos hablar de
actuar bajo el influjo de virus mentales,
cuando empezamos a gestionar ciertas creencias y/o actitudes en un
sentido que nos impide un desarrollo personal digno.
En
definitiva, dichas creencias asimiladas desde el exterior
(culturalmente hablando) suponen un hándicap para conseguir un
desarrollo en plenitud, de la misma forma que un virus cuando entra
en el organismo provoca un mal funcionamiento de nuestros órganos,
impidiendo que funcionen de manera natural.
Suponen por tanto:
1 –
Un obstáculo para la creación de relaciones sociales sanas y
plenas.- Se pueden elegir determinados grupos sociales que nos pueden
resultar dañinos, manteniendo la creencia de que éstos tienen más
éxito social.
2 –
Un impedimento al desarrollo individual.- Habitualmente la elección
de grupos sociales inadecuados supone un retraimiento en la manera de
SER y de sentir de cada persona.
¿Cómo
detectar la influencia de “virus mentales”?
La
detección de estos “virus” suele ir determinada en la medida en
que empezamos a manejar ciertas creencias como verdades absolutas, y
por tanto, nos están suponiendo un impedimento para seguir
avanzando. ¿Cuáles pueden ser estas creencias?
1)
LECTURA DE PENSAMIENTO: cuando en lugar de preguntar una duda,
interpretamos directamente en función de nuestras propias opiniones
y experiencias (sin aplicar la empatía). Suele ser debida por una
excesiva confianza en la propia intuición.
2)
TODO O NADA: excesivo perfeccionismo. Se trataría de la tendencia a
pensar en términos absolutos, de tal forma que o”todo me
sale bien” o de lo contrario
“lo considero un fracaso absoluto”.
3)
EXCESIVA GENERALIZACIÓN: en
función de tu propia experiencia individual, determinar leyes
generales por las que se rige el universo. Quizá también por un
déficit de empatía, se tiende a focalizar las propias experiencias
como una cuestión generalizada a las demás personas. Se trataría
de un pensamiento egocéntrico del estilo “si yo lo
siento así, todo el mundo ha de sentirlo de la misma forma”.
4)
IMPULSIVIDAD: toma de decisiones de manera excesivamente inmediata,
sin previa reflexión.
5)
FOCALIZACIÓN SOBRE LOS ASPECTOS NEGATIVOS: probablemente por temor a
hacerse ilusiones y que luego salga mal.
6)
DISTORSIONES COGNITIVAS: manejar pensamientos distorsionados como
verdades absolutas.
7)
PERSONALIZACIÓN EXCESIVA: propia de una cierta tendencia
egocéntrica. Por ejemplo: susceptibilidad, darnos por aludid@s
cuando alguien hace un comentario general.
En
este punto, se hace necesaria una reflexión personal: cuando llega
el momento en el que se siente que se tienen varios frentes abiertos,
con varias personas de distintos contextos y sin relación entre sí,
sería cuando cabe pensar que quizá nuestro grado de responsabilidad
es mayor de lo que pensábamos, en el sentido en el que probablemente
estamos bajo la influencia de determinadas creencias prejuiciosas que
nos impiden un desarrollo digno (“virus mentales”)
y sería importante iniciar un proceso de reflexión en torno a los
puntos anteriormente mencionados.
Análisis y Afrontamiento de las Creencias Prejuiciosas
Afortunadamente,
de la misma forma que el organismo a través de nuestro sistema
inmunitario lucha y vence a esos virus invasores, nuestra psique
también mantiene una tendencia a luchar contra todo aquello que le
daña. Obviamente, habrá ocasiones en las que se necesite algún
apoyo (en el caso de una infección, a través de antibióticos; en
el caso de un “virus mental”,
a través del apoyo profesional adecuado).
El
paso previo a cualquier afrontamiento sería efectuar un exhaustivo
análisis de la situación para determinar la forma en que tendemos a
manejarnos en nuestra vida cotidiana y el porqué estamos manteniendo
dicha tendencia. No siempre somos plenamente conscientes de ambas
cosas.
**
CÓMO ACTUAMOS ANTE UN PROBLEMA:
-
Ocultándonos
-
Abandonando la situación
-
Imposición del propio criterio
-
Practicamos la escucha activa
-
Mantenemos una postura de desconfianza en el otro (atacamos
antes de que nos ataquen)
-
etc, etc....
**
CÓMO GESTIONAMOS FRACASOS
-
Cuando tomamos consciencia de nuestros errores, actuamos para
aprender de ellos.
-
Manejamos un sentimiento de incapacidad
de afrontamiento.
- Nos
esforzamos por percibir los aspectos positivos de una determinada
situación (incluso
ante situaciones claramente hostiles)
-
Locus de Control: a quién o a qué responsabilizamos de los
resultados de una situación
Fuente: http://www.seapremur.com/La_salud_por_la_integridad/psicologia_cognitiva.htm
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