martes, 17 de diciembre de 2013

LA ALIMENTACIÓN EN LA POBLACIÓN INFANTIL

HABLANDO EN CONFIANZA
Temporada 2013/2014
PROGRAMA 7

LA ALIMENTACIÓN VARIADA (O LA GRAN PARADOJA)
El tema de la alimentación en la población mundial, así como muchas de las cuestiones derivadas de dicha temática, como los hábitos y costumbres en torno a la comida, siempre van a estar sujetos a grandes paradojas.
Hay un sector importante de la población que pasa auténticas necesidades. Literalmente, se muere de hambre, y no tiene acceso ni siquiera a unos mínimos de su dieta diaria. Y sin embargo, otro sector poblacional que no solo tiene acceso libre a la alimentación, sino que además podríamos decir que a la abundancia, genera entorno suyo otro tipo de problemáticas.

Sabemos que es importante y necesaria una alimentación variada, y sin embargo, los hábitos que tienden a extenderse en nuestra cultura son los de atiborrarse de algunos alimentos que ingeridos en exceso, pueden ser (y de hecho, lo SON) perjudiciales para la salud.

HÁBITOS ALIMENTARIOS SALUDABLES
No es mi pretensión la de proponer dietas variadas, ni mucho menos diseñar un plan de alimentación ideal (de hecho pecaría de intrusionismo, puesto que no soy nutricionista)... pero sabemos que hay alimentos BÁSICOS (frutas, verduras, cereales, pescado, carne,...) y otros obviamente que son accesorios.

Hay ciertas cuestiones básicas que habría que tener en cuenta, a la hora de mantener una correcta alimentación.
La primera, que la salud es un compendio de bienestar físico, mental y social, y en ello media de manera importante nuestra alimentación, así como el hábito a la hora de llevarla a cabo.
Un cuestión de base que suele preocupar a las familias españolas, por ejemplo, es la "cantidad" de comida que ha de ser ingerida en la infancia (incluso desde el momento de nacimiento). Y tendemos a hablar de "buenos" o "malos" comedores, cuando en realidad, en lo que deberíamos centrarnos es en cómo percibimos al niño/a en su vida cotidiana: ¿se manteniene activ@?, ¿su pelo, su piel,... su estado general es de encontrarse en buenas condiciones de salud (física y mental)?, ¿cómo está su estado de ánimo generalmente?....
Si la respuesta a todas estas cuestiones es positiva, entonces es muy probable que el/la niño/a esté bien alimentado, y por lo tanto, esté comiendo justo lo que necesita (sea "mucho" o "poco" desde nuestro punto de vista).

Y es que hay ocasiones en las que nos preocupamos (o hacen que nos preocupemos) por los famosos "percentiles" de crecimiento y peso, y a ese respecto, tendríamos que tener en cuenta algunas consideraciones:
1- Crecer NO es una carrera de fondo, en la que hay que alcanzar la máxima talla a una edad determinada.
2 - Si en los percentiles existe un intervalo, es precisamente porque simplemente son orientativos, nunca signo de que algo no funciona bien.
3 - Y la última, y no por ello menos importante, SIEMPRE es necesario respetar el ritmo individual que cada niñ@.

... ¿Y QUÉ HACER ENTONCES CUANDO LA HORA DE LA COMIDA SE CONVIERTE EN UNA "TORTURA"?
Tampoco va a ser mi pretensión la de proponer pautas para que "el/la niño/a coma bien", puesto que considero mucho más importante, como he mencionado anteriormente, aprender a respetar el ritmo y gustos (por otro lado, cambiantes con la edad) de cada un@.
Sin embargo, sí que creo que hay algunos aspectos importantes a considerar cuando tenemos ante nosotr@s a un@ niñ@ que se niega a comer:

1) Descartar una posible intolerancia o alergia alimentaria.
Tendríamos que perder la fea costumbre de dar por hecho que cuando un@ niñ@ se queja de dolor abdominal o de estómago, es porque nos está "manipulando".
No deberíamos además banalizar con la negativa a comer algunos alimentos, puesto que también hay que tener en cuenta que no siempre se manifiestan con síntomas gastrointestinales.

2) Analizar con detenimiento la cantidad de comida que ingiere a diario.
Hay ocasiones en las que en realidad lo que está haciendo es picar a todas horas de poca cantidad en poca cantidad... eso obviamente no implica que esté comiendo mal, ni poco.
3) Analizar nuestra actitud a la hora de las comidas.
Cuando partimos de la idea de que nuestr@ hij@ es "mal@ comedor@", lo cierto es que se puede partir de una actitud beligerante, con una cierta ansiedad a la hora de dar la comida, lo cual va a estar creando un ambiente de tensión, del cual somos las personas adultas las auténticas responsables...

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