lunes, 9 de septiembre de 2013

NUEVO CURSO... NUEVO COLE

En estas fechas, resulta muy habitual escuchar noticias relacionadas con la vuelta al cole: los nervios de l@s niñ@s, las ganas de ver a sus compañer@s de nuevo, curiosidad por saber qué profe les toca este año, cuánto va a suponer para la economía familiar... y el tema "estrella" en España: los niños y niñas de la Casa Real vuelven al cole y ahí están su mamá y su papá, como una "familia más" (es una lástima que este medio no permita oír mis sonoras carcajadas en este momento jejeje).

Sin embargo, a parte del tema relativo a la economía, hay muchas familias para las que la vuelta al cole de sus hijos e hijas supone mucho más que todo esto. Somos las familias de niñ@s que poseen algún tipo de particularidad que les hace diferentes del resto.
No se me malinterprete: TOD@S y cada un@ de los niños y niñas son diferentes y especiales... pero hay particularidades y particularidades. Ese es el motivo por el que se creó el término de "Necesidades Específicas de Apoyo Educativo" (antes, Necesidades Educativas Especiales).


Estas familias viven el comienzo del nuevo curso con una intensidad especial. Tal y como expresa María, cuyo blog Mis Dislexicos he descubierto (por fortuna) recientemente:
"Vuelta a empezar el curso como cada año. Septiembre es un mes que pasa en un minuto, en fracciones de segundos, todo va rápido, todo está descontrolado, las agendas son improvisaciones continuas y cuando te has dado cuenta estas en octubre. ¡Hasta ahí todo normal!, pero para muchos niños octubre significa primera evaluación, primera prueba a superar y primera gran batalla del largo curso escolar. Por eso es muy importante septiembre, es esencial y como padres tenemos que hacer una carrera de saltos continua, tenemos que hacerla bien planificada y con las ideas muy claras."

Mi sensación este año tiene varios añadidos a mis vivencias de "madre-cuyos -hijos-empiezan-al-cole": empieza mi chiquitín, y además todos van a un cole nuevo, y ambas cosas me generan un grado de incertidumbre enorme.
No espero que todo sea perfecto, solo mejor que en el cole anterior. No pido tratos de favor, solo interés por las particularidades que mis hijos puedan presentar... y de manera especial, pido respeto por ellos, por mí y por mi marido. Este último punto podría parecer de perogrullo, pero por experiencia os digo que nada en esta vida ha de darse por sentado.

Emito en mi interior numerosos deseos al respecto, y tal y como escuché en una ocasión, voy a ponerlos por escrito... dicen que así se cumplen:
* Que mis hijos sean felices y se adapten con normalidad al nuevo cole.
* Que pueda hablar con naturalidad con sus profes.
* Que el curso escolar transcurra con normalidad y aprendan mucho.
* Que nadie los juzgue, simplemente, los respeten.
... y por último, que nadie, ni maestra, ni directora, ni orientador, vuelvan a hacer llorar a ninguno de mis hijos, ni a mi marido, ni a mí. Porque no voy a volver a consentir que nadie haga daño a ninguno de los míos.

Pero no quiero finalizar así, porque el contacto que he tenido con los profesionales que se encargarán de la responsabilidad de educar y enseñar a mis hijos en la nueva escuela, ha sido muy positiva por el momento. Por eso, me quedo con un texto que ha publicado mi amiga Ana Peinado en facebook:
Pincha en la imagen para mayor nitidez del texto

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