¿POR QUÉ SE OFENDEN ANTE LA ALTA CAPACIDAD DE UN@ ALUMN@?

Esta pregunta llevo un tiempo haciéndomela. Por uno u otro motivo y en diversos contextos, me vengo encontrando con algunas personas que se dedican a la docencia (a las cuales no quiero llamarlas MAESTR@S, porque esa palabra es demasiado grande y se adquiere con mucho más que la mera consecución de un título universitario) que no solo es que con sus palabras y actitud cuestionen la existencia de las altas capacidades, sino que además, cuando alguien les sugiere que un@ de sus alumn@s pueda tener altas capacidades, realmente se ofenden. Y no digamos si además esta información viene de parte de la familia.

He de reconocer que en la última ocasión en la que fui testigo de este tipo de ofensa me pilló totalmente por sorpresa. No era un contexto donde hablásemos de altas capacidades, aunque por el tipo de taller al que asistía, era totalmente lógico que acabase saliendo el tema de la educación en las escuelas. Era un taller para padres y madres sobre la crianza con apego (por cierto, muy recomendable y ameno).
Una de las madres asistentes, además también se dedicaba a la docencia, y entre las críticas que emitíamos ante la inminente proliferación de etiquetas de trastorno que últimamente parecen estar apareciendo en la infancia, esta chica no se le ocurre otra cosa más que decir que "como la moda esta de ahora... esos padres que se empeñan en decir que su hijo es superdotado, cuando en realidad se nota un montón que lo que le pasa al niño es que viene al colegio hiperestimulado de casa. Es que ahora es la moda de los superdotados".

Me dio mucha pena (...y coraje, cómo no) porque la conversación que estábamos teniendo en grupo estaba resultando muy amena, como la gran mayoría de los temas que salían a colación de las explicaciones de Rosario Esplá, la psicóloga encargada de aportarnos toda la información.
Y yo me pregunto... ¿de verdad que las personas que siguen afirmando esto no son capaces de diferenciar un niño de altas capacidades de la hiperestimulación? ¿En serio aún se sigue creyendo que si estimulas a un@ niñ@ de 3 años casi hasta la extenuación, entonces esa criatura va recitar la lista de los Reyes Godos?

Es que son en momentos como esos cuando realmente me doy cuenta de hasta qué punto aún tenemos que seguir luchando. Hasta qué punto tenemos que continuar uniéndonos. Es cuando me vuelvo a percatar que algo sigue fallando en un sistema que sigue percibiendo a niños y niñas como máquinas de almacenar información, porque si no es en ese sentido, no puedo entender que alguien pueda pensar que un@ niñ@ de altas capacidades lo es porque se le esté aplicando un exceso de estimulación desde la familia.

Aquí prefiero quedarme con la explicación de mi amiga y compañera de G.T.A. Susana Díaz Iglesias: una cosa es un@ niñ@ sobre-estimulado, y otra muy diferente, un@ niñ@ en un ambiente enriquecido.
Siento ser radical a este respecto, pero el/la docente que no sea capaz de captar esta diferencia, a lo mejor debería plantearse dedicarse a otra cosa diferente a la docencia.