"En los países occidentales se ha presupuesto que las emociones no
tienen el mismo valor que el pensamiento cognitivo y racional. Eso está
empezando a cambiar pero durante mucho tiempo se nos ha amimado a dejar
las emociones en casa. Ahora hemos visto que las emociones juegan un
papel muy importante en aspectos diarios como el grado de implicación
laboral o el trabajo en equipo. Sería infantil pensar que ahí no toman
parte las emociones.
El aprendizaje de la inteligencia emocional funciona de manera
distinta al aprendizaje tradicional. El cerebro emocional no aprende tan
rápido como otras partes del cerebro. Yo puedo enseñar a alguien datos y
los aprenderá relativamente rápido. ¿Podré enseñarle cómo manejar sus
emociones? Puede que sí, pero me llevará más tiempo "
ROBERT EMMERLING (Inv. Inteligencia Emocional)
(http://gtadeaacc.blogspot.com.es/2013/03/por-una-educacion-emocional-y-social.html)
Si intentamos extrapolar a nuestro contexto (las altas capacidades intelectuales... y emocionales) todas las investigaciones que están llevándose a cabo acerca de la importancia de tener en consideración el desarrollo de la inteligencia emocional, muchas de las cuestiones que han permanecido inconexas parecen por fin cobrar sentido.
Conocemos datos neurológicos que avalan que el cerebro de una persona con altas capacidades tarda más en desarrollarse, así como que no necesariamente se emiten las respuestas con mayor rapidez... de hecho, algo bastante común es que la velocidad de respuesta puede resultar incluso menor. Esto podría entrar en contraposición con otro descubrimiento neurológico: mayor cantidad y calidad de la denominada "sustancia blanca" (parte del cerebro compuesta principalmente por fibras nerviosas, que adquiere dicho color por la mielina, sustancia que recubre dichas fibras y facilita el paso de "información" a través de dichas fibras).... ¿cómo es posible entonces que si se posee mayor "calidad" en el paso de información, la respuesta emitida pueda ser más lenta?
Ahora podemos apoyarnos en dos tipos de respuesta:
1- La velocidad de información a la hora de ser procesada en el cerebro, es significativamente mayor. Se establecen mayor número de conexiones, lo cual hace que una persona con altas capacidades sea capaz de buscar (por decirlo así) mayor número de alternativas ante el planteamiento de un mismo problema.
2- La velocidad de respuesta al planteamiento de este problema es más lenta, porque se necesita una comprensión global, o lo que es lo mismo, hallar el sentido a esa información gracias a la inclusión de la experiencia emocional.
Sería en este sentido en el que la educación emocional adquiere una relevancia tan importante (o mayor) como la educación de aspectos más puramente racionales. Por lo tanto, además de talleres para orientar hacia una adecuada gestión de las emociones (para pequeñ@s y no tan pequeñ@s), dentro de los que estamos desarrollando y denominamos como "talleres de enriquecimiento" nunca podemos dejar fuera el desarrollo emocional.
Totalmente de acuerdo Sonia. Recibir una buena educación en inteligencia emocional es vital, tanto para las personas que tienen altas capacidades como para las que no. Pero en el primer caso, cobran un plus de importancia ya que pueden presentarse problemas de integración en la sociedad por sus particulares características, con los perjuicios emocionales que puede conllevar. ¡¡Saludos!!
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