miércoles, 10 de octubre de 2012

ERRORES EN EL DIAGNÓSTICO TDAH-AACC

Ya estamos de vuelta. He de reconocer que me ha costado hacer volver la "mente", además del "cuerpo"... lógicamente cuando una tiene la oportunidad de visitar la maravillosa isla de Lanzarote, su cabeza sigue dando paseos por la costa y visitando sus paisajes volcánicos, entre blancas casas de escasa altura (con una gran excepción frente al hotel) y manteniendo charlas entretenidas, amenas, instructivas, divertidas.... efectivamente, ¡una maravilla!
Coincido con Miguel en toda su entrada (a la espera de la segunda parte), y de manera especial en la sensación tan agradable de poner por fin voz a toda una serie ideas que venía compartiendo desde hace bastante tiempo a través de las entradas de sus blogs.

Se trataba de aportar una visión diferente acerca del TDAH....y pienso que podemos llegar a afirmar que "misión cumplida". Gracias de manera especial a Jordi y a Miguel Ángel por esta experiencia (intelectual y personal).
 
Con mi intervención tan solo pretendía aportar la idea de lo que para mí no deja de resultar una "gran paradoja": niñ@s con altas capacidades diagnosticad@s de TDA/H. Efectivamente, me sigue resultando un tanto extraña esa coincidencia...

Si tomamos ciertos signos particulares bastante frecuentes en las altas capacidades intelectuales(que no "síntomas", al no tratarse las AACC de un trastorno), podría parecer que existe una cierta lógica en la confusión a la hora de emitir un diagnóstico de TDA/H:

1) Gran cantidad de necesidad de movimiento físico (acompañado probablemente de una intensa y particular actividad intelectual)
2) Aparente ausencia de atención (remarcando de manera especial la palabra aparente)
3) Dispersión hacia un mundo interior de rico contenido (no es lo mismo no atender a aquello que no les interesa y centrar la atención en aquello que en ese momento ronda su rico mundo imaginativo interior, que una imposibilidad para prestar atención).

En cambio, esta lógica desaparece cuando no nos limitamos a tomar el signo como mero síntoma, es decir, cuando continuamos indagando en la historia personal de cada niñ@, y acabamos comprobando que a pesar de esa inquietud física ocasional, no implica sin embargo que puedan pasarse mucho tiempo (incluso horas) absort@s en una misma actividad que copa en ese momento su atención, lo cual implica a su vez una intensa concentración sobre este tema concreto.
Parece ser, de todas formas, que este tipo de cuestiones no se tienen en cuenta, y a pesar de ello se emite un diagnóstico de TDA/H, con su consecuente tratamiento, el cual suele ser en un elevadísimo porcentaje de casos, consistente en fármacos. Parece no importar la ética personal y profesional cuando de medicar a la infancia se trata.
Estamos llegando a datos yo diría que alarmantes, especialmente porque ya no son una "excepción".... De hecho, la "excepción" están siendo aquellas familias que toman la responsabilidad de buscar otras alternativas a pesar de tener que llevar la gran carga de la famosa frasecita que acompaña a la negativa de medicar con psicofármacos a nuestr@s pequeñ@s: "Usted verá. Es su responsabilidad no aceptar que su hij@ tiene un problema... nosotros solo queremos el bienestar del niñ@".
Por ese motivo, y para finalizar, solo deseo recordar una vez más lo que ya he venido utilizando a modo de "consejo" para aquellos profesionales que se dedican a trabajar por y para la infancia: por encima de un padre o una madre, no hay persona en el mundo que desee el bien su hij@.

3 comentarios:

  1. Todos tenemos que ser iguales, la no acepación de las diferencia nos hace ser mediocres en todo. EStamos actuando correctamente limitando las capacidades que quedan ocultas detrás de esas "correctas conexiones neurológicas"? Siempre ha habido caractiristicas que responden a un TDAH, pero tienen que ser consideradas negativas? Por qué se trata el transtorno desde un punto de vista negativo? Por qué no motivamos la diferencia? Por qué no se estudian a los eruditos en todas las materias que destacaron por pensar diferente? Con el tratamiento farmacológico le ayudo a pasar los cursos escolares que consideramos aburridos, no se debería constatar un fracaso la enseñanza actual? Pero mientas tanto qué puedo hacer? Creo que a la conclusión personal y particular a la que yo llego es, aceptar a mi hijo, amar su singularidad, apoyarlo, motivarlo y reir .

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    1. Si es que en realidad se trata de entender que hemos de tender a la equidad, no a la igualdad, ni a la homogeinización.
      La cuestión está efectivamente en que necesitamos re-definir qué es un comportamiento negativo y qué uno positivo.... ¿por qué esas características han de resultar negativas? Con una correcta gestión, a todo podemos sacarle partido... y mientras tanto, si no lo encuentran en la escuela, por lo menos que lo tengan en casa. Enhorabuena por ello.

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