miércoles, 29 de julio de 2015

¿SABEMOS LO QUE IMPLICA RESPETAR A LA INFANCIA?

Hace ya décadas que desde la disciplina desde la que trabajo se ha llegado a determinar que es necesario entender que la infancia es una etapa vital que posee unas particularidades propias que han de tenerse en cuenta, de tal forma que no hemos de tratarlos como "adultos en pequeño". Totalmente de acuerdo.
Sin embargo, la cultura en la que vivimos se ha traducido desde un mundo excesivamente "adultocentrista" si se me permite el palabro. Sólo de esta forma podremos llegar a entender cómo puede ser posible que cueste tanto llegar a entender que no por el hecho de ser niñ@, se pierdan ciertos derechos fundamentales de todo ser humano, entre ell@s, por supuesto la dignidad y el respeto.
He encontrado este vídeo que con un cierto tono de humor, nos puede permitir reflexionar en torno a ciertas situaciones por las que niños y niñas tienen que pasar a diario, tales como "¿me lo das? ...hay que compartir" o "dame un besito"... ¡disfrutadlo! ...y pensad sobre ello.

miércoles, 15 de julio de 2015

ALTAS CAPACIDADES Y ASPERGER (II)

Han sido varios motivos los que me han llevado a tratar este tema. Uno de ellos fue precisamente leer de nuevo los "síntomas" del asperger de manera resumida en una tabla (quizá el detonante por la situación y el contexto en el que se publicó).
Seamos muy cautelos@s cuando intentamos resumir características.... pueden ser de utilidad efectivamente, pero hay cuestiones acerca de las cuales urge un examen mucho más riguroso y completo, como es el caso de emitir un diagnóstico de asperger.

Por eso me gustaría desgranar el contenido e intentar establecer las diferencias yendo más allá de una mera descripción resumida. Es importante, puesto que cuando a cualquier padre o madre de un@ niñ@ con altas capacidades, se nos menciona la posible coexistencia de un trastorno, la tendencia más común es la de buscar signos del mismo, incluso "someterle a pruebas" en la vida cotidiana... y ni la familia, ni el/la niñ@ se merece semejante grado de estrés infundado.
No nos limitemos a nombrar un "síntoma".... describamos algunos:
1. Falta del desarrollo de amistades
Cuando forjamos una amistad, no es una cuestión que se produzca al azar. Un@ amig@ lo elegimos, no es una imposición. Y esa elección precisamente la ejecutamos en función de una serie de factores:
1) La etapa de desarrollo: a pesar de ser seres eminentemente sociales, nuestra especie no está preparada cognitivamente para crear vínculos con otras personas en términos de amistad tal y como la entendemos desde una perspectiva adulta. En las primeras etapas, el bebé no posee aún conciencia del otro, por lo que cuando deja de estar dentro de su campo sensorial, simplemente, para él no existe. Posteriormente, conforme el cerebro continúa su desarrollo, va superando esta concepción, aunque la forma en la que juega, tal y como podremos observar, es lo que se ha venido denominando como egocéntrica, es decir, no está aún capacitad@ para asumir reglas externas de interacción, sino que crea las suyas propias. En este punto, si tenemos en cuenta que el cerebro de un@ niñ@ con AACC se desarrolla de manera diferencial, no podemos utilizar los mismos hitos en el desarrollo que para el resto, es decir, hay casos en los que el desarrollo cerebral se produce de manera muy asíncrona, lo cual conlleva que no llegue a desarrollar ciertas habilidades más relacionadas con temas emocionales hasta más tarde que el resto de niños y niñas. Es lo que podríamos conocer como disincronía emocional.
2) Relacionarse con pares: los "iguales" no son necesariamente aquellas personas con una edad cronológica similar a la nuestra. Somos nosotr@s quienes elegimos a nuestros "iguales", especialmente en función del grado en el que sentimos que nos gusta compartir ideas, juegos, aficiones,etc.  y además podemos ser nosotr@s mism@s sin temor a que se emita un juicio de valor.
Esta tarea puede tornarse mucho más complicada para una personas con AACC que se desarrolla en ambientes estereotipados e impuestos de manera externa, es decir, agrupados en aulas según su año de nacimiento.
2. Mutismo selectivo (más frecuente en la escuela y en público)
Se tiende a pensar de manera errónea que un@ niñ@ con AACC está constantemente hablando de sus intereses en todo momento y que cada nueva cosa que se encuentra le genera curiosidad. Craso error. Es una generalización, que si bien es cierto que pueden haber personas con esta forma de interactuar, tiende a hacer mucho daño al colectivo.
Se produce con bastante frecuencia que una persona con AACC en un ambiente en el que se encuentren muchas personas, se abstraiga o se limite a escuchar, en lugar de intervenir públicamente. Este tipo de acción se suele dejar para el ámbito privado, cuando todo aquello de lo que previamente se ha "empapado" suscita una reflexión profunda en la intimidad.
3. Incapacidad para tener empatía
La empatía es una capacidad a la vez que una habilidad, es decir, nacemos con un cierto grado variable de predisposición para desarrollarla, pero ello no implica necesariamente que se llegue a hacer patente en todo momento.
Implica un grado de conocimiento acerca de los sentimientos y necesidades de la otra persona, es decir, un desarrollo óptimo de lo que H.Gardner denominó inteligencia interpersonal el cual conlleva la conjunción de dos factores siempre íntimamente relaciones: biología y experiencia.
Biología, porque recordemos que la parte de nuestro cerebro que más tarda en llegar a desarrollarse de manera plena es la corteza prefrontal, relacionada entre otras cosas, con el análisis de nuestros sentimientos, así como de la propia personalidad. Se ha estipulado además su función a modo de "filtro" de aquellas cuestiones relacionadas con lo que podríamos denominar como lo políticamente correcto, es decir, que tendemos a pensar antes de hablar, especialmente en función de la persona a la que nos estemos dirigiendo.
Experiencia, porque se incrementa la probabilidad de que podamos entender a otras personas cuando lo hayamos experimentado nosotr@s mism@s previamente u observado al menos en cierto grado.
4. Dificultad en el contacto visual
No podemos confundir evitar la mirada de otras personas porque nos incomode lo que estamos percibiendo en ella, con evitar el contacto visual en todo momento.
Recordemos que la capacidad para percibir en mayor grado cierta estimulación de nuestro entorno se desarrolla frecuentemente en las altas capacidades de manera precoz, con lo que puede conllevar que pueda costar emocionalmente mantener el contacto visual de manera continua, especialmente cuando lo que estamos percibiendo nos hace sentir profundamente incómodos, por no sentirnos emocionalmente preparados para entender (y en consecuencia afrontar) lo que estamos percibiendo en la mirada de otra persona....al fin y al cabo, recordemos que los ojos son el espejo del alma.
5.